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30/10/2023

Lecciones del experimento llamado: "Universo 25": Comprender la sociedad a través de ratones.


Explorar el experimento "Universo 25" nos permite adentrarnos en un mundo de reflexión acerca de la sociedad, la naturaleza humana y la interacción entre individuos en un entorno cerrado. Este fascinante experimento, llevado a cabo por el científico estadounidense John Calhoun entre 1958 y 1962, consistió en la observación minuciosa del comportamiento de una colonia de ratones en un ambiente cuidadosamente diseñado. Aunque el experimento puede parecer distante de la sociedad humana, su relevancia radica en las lecciones que proporciona sobre cómo las interacciones sociales, la disponibilidad de recursos y la estructura de la comunidad pueden tener un profundo impacto en el bienestar y la evolución de una población.

Calhoun creó un "Paraíso de los ratones", un espacio que ofrecía a los roedores una abundancia de comida y agua, así como un amplio espacio para vivir. Al principio, cuatro parejas de ratones fueron introducidas en este entorno idílico, y rápidamente comenzaron a reproducirse. La población de ratones creció exponencialmente, y parecía que el "Paraíso de los ratones" cumplía con su promesa de ser un lugar donde los ratones podían prosperar sin restricciones.

Sin embargo, el entusiasmo inicial pronto dio paso a una realidad más sombría. Después de 315 días, la tasa de reproducción comenzó a disminuir notablemente, y se estableció una jerarquía dentro de la colonia. Los ratones más grandes se volvieron agresivos y comenzaron a atacar a otros miembros del grupo, lo que provocó una cascada de consecuencias negativas. Muchos machos experimentaron un colapso psicológico, y las hembras se volvieron agresivas con sus crías, en un intento de protegerlas.

Con el tiempo, se observaron comportamientos cada vez más agresivos por parte de las hembras, así como signos de aislamiento y una marcada falta de interés por la reproducción. La natalidad disminuyó significativamente, y la mortalidad de los ratones jóvenes aumentó. Fue en este contexto que surgieron los "ratones hermosos", una categoría de machos que se negaron a aparearse con las hembras o a competir por territorio. Estos ratones se volvieron apáticos, centrados únicamente en la satisfacción de sus necesidades básicas, como la alimentación y el sueño.

Con el tiempo, los "machos hermosos" y las "hembras aisladas" llegaron a constituir la mayoría de la población. La tasa de mortalidad entre los ratones jóvenes alcanzó el 100%, y la reproducción prácticamente se detuvo. Curiosamente, se observaron comportamientos de homosexualidad entre los roedores, y aumentaron los casos de canibalismo, a pesar de que los recursos alimenticios eran abundantes. Dos años después del inicio del experimento, nació el último ratón de la colonia, y para 1973, el "Universo 25" estaba deshabitado.

Lo más intrigante es que Calhoun repitió el mismo experimento en 25 ocasiones adicionales, y en cada uno de ellos, se llegó a un desenlace similar. El trabajo de Calhoun se ha convertido en un modelo que se utiliza para interpretar el colapso social y ha contribuido significativamente al estudio de la sociología urbana.

La historia de "Universo 25" plantea cuestiones profundas sobre la interacción social y el equilibrio en una comunidad. ¿Qué factores desencadenaron el deterioro de la colonia de ratones? ¿Cómo se traducen estas lecciones en la comprensión de las sociedades humanas? Podemos reflexionar sobre la importancia de la estructura social, el acceso a recursos y la interacción interpersonal en la formación y el colapso de comunidades humanas.

La relación entre el "Universo 25" y las sociedades humanas se vuelve aún más relevante al observar los paralelismos. Al igual que los ratones, los seres humanos dependen de una serie de factores para prosperar. La disponibilidad de recursos, la competencia por el espacio y la interacción social desempeñan un papel fundamental en la configuración de nuestras comunidades.

En la sociedad humana, el acceso a recursos, como alimentos, agua, vivienda y oportunidades económicas, juega un papel crítico en el bienestar y la estabilidad de la población. Cuando los recursos son abundantes, las sociedades pueden crecer y prosperar. Sin embargo, al igual que en el "Universo 25", el exceso de recursos no siempre conduce al bienestar sostenible.

La estructura social también desempeña un papel importante. Al igual que en el experimento de Calhoun, las jerarquías y las dinámicas de poder pueden influir en la salud y la cohesión de una sociedad. La competencia por el estatus y la posición social puede llevar a conflictos y tensiones, al igual que en la colonia de ratones donde la jerarquía resultó en agresiones y comportamientos desviados.

La interacción social es otro punto de contacto entre el "Universo 25" y la sociedad humana. La calidad de las relaciones interpersonales, la empatía y la cooperación son factores que influyen en la salud de una comunidad. En el caso de los ratones, la agresión y el aislamiento social tuvieron un impacto negativo en la población. En nuestras sociedades, la calidad de nuestras interacciones y la capacidad de resolver conflictos de manera constructiva son fundamentales para el bienestar colectivo. El experimento "Universo 25" plantea preguntas profundas sobre cómo equilibrar estos factores en la sociedad humana. ¿Cómo podemos garantizar que el acceso a recursos sea equitativo? ¿Cómo podemos fomentar estructuras sociales que promuevan la cooperación en lugar de la competencia destructiva? ¿Cómo podemos cultivar relaciones interpersonales saludables en nuestras comunidades?

Y me resulta muy llamativo y casi evidente, que actualmente esté sucediendo exactamente lo mismo en nuestra especie, que los "resultados" obtenidos en el experimento "Universo 25". Esto también plantea otras preguntas tales como, ¿este experimento pudo haber sido un "fortuito" justificativo deliberado para que; luego de la ingeniería social que se ha hecho -y se la continúa y continuará haciendo- con nuestra especie, a través de todo medio habido y por haber; aceptemos que esté sucediendo en nuestra especie, lo mismo que en el "experimento", y que lo atribuyamos todo a una "inevitable" manifestación "natural" de nuestra especie? ¿O es un justificativo determinista como para sentar un precedente "científico" de tal manera que nuestra especie se permita evolucionar hacia un estado de alejamiento total del mundo animal, y que los nuevos miembros de la "Nueva Sociedad" puedan ya, por fin, ser finalmente fabricados y empaquetados a medida del consumidor? ¿Podría ser un precedente "científico" para justificar el colapso cuantitativo de los miembros de nuestra especie, para que sus actuales miembros aceptemos la clonación humana?

Y para finalizar, este "estudio pionero" nos recuerda que la comprensión de la dinámica social y la interacción humana es un desafío continuo. Si bien el "Universo 25" puede haber sido un experimento extremo con ratones, sus lecciones resuenan en nuestras propias sociedades. A medida que exploramos estas cuestiones y buscamos soluciones, podemos esperar arrojar luz sobre cómo construir comunidades más saludables y sostenibles para todos.

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