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27/06/2023

El Discípulo del Mal: la amenaza latente de la corrupción en las naciones del mundo.


En medio de una nación agobiada por la desesperanza y el desencanto, surge una figura sombría y peligrosa: el Discípulo del Mal. Con su voracidad y malignidad, se erige como el devoto seguidor de la diosa corrupción, sembrando la discordia y el caos a su paso. ¿Cómo es posible que su intención siga pululando en nuestra sociedad, sabiendo que tarde o temprano la desazón que él mismo ha inspirado se volverá en su contra como un afilado arpón, traspasando su propio corazón?

Este infame servidor de su impío señor se pasea por nuestra nación con desdén, ignorando que incluso la diosa corrupción está por encima de su mísera mansión. ¿Quién se cree que es? ¡Hey tú!, falaz de cuello blanco, mentor de cultos divinos. ¿Cómo no te das cuenta de que al desatar el poder corruptor, también despiertas el peligro de ser aplastado por la misma fuerza que alimentas? La diosa corrupción no muestra piedad ante el mínimo indicio de tu corrupto, oculto y débil resbalón. ¡Sí, te lo digo a ti! Farsante traficante de tributos ajenos, alzando tu voz como si fueras el "predilecto". ¡Te señalo con mi índice limpio, firme y recto! Usurpador soez, creador de un falso dialecto que solo busca engañar y confundir.

¡A ti... te señalo a ti, receptor de mi dura mirada! ¡Mírame! Sin tus artimañas, monstruoso y corpulento dueño de los dueños. ¡A ti!, que aún te encuentras allí, sin darte por aludido. Ahí estás, vociferando tu alarido, pervirtiendo a cada alma en tu camino. ¡Hey tú! ¡Pon atención! Maligno, voraz discípulo de la diosa corrupción. ¿Acaso sigues con la intención de pulular por nuestra nación, sabiendo que la desazón que has inspirado retornará como un afilado arpón hacia tu propio corazón?

¿Por qué insistes en tu impertinencia y en hacer desaparecer al Ser? ¿No es acaso que si llegas a ver a la Mónada, te excitas y te incomodas? ¿No te has dado cuenta de que con tu esparcimiento constante de desconfianza, alimentas el poder de tu diosa de maldad? Aunque parezca paradójico, eso es genial, porque el miedo que generas es letal. Eres el impulsor despiadado de la vil mediocridad y de la involución del ser, fomentando la pérdida de la virtud y la bondad.

Tenlo por seguro, cuando finalmente te veas aplastado por tu divina majestad, con pudrición y maldad, aquellos a quienes enviaste a corromper, fanatizar, abusar y asesinar su propia unidad, serán los que te auxiliarán. Nosotros, los que aún cargamos con la enérgica coraza anti-tú, resistiremos y permaneceremos firmes. Sí, una coraza recia, anti-tú, que nos protege de tus artimañas.

Vil y servil depredador de la humana honestidad, ahora solo nos queda esperar hasta que te desvanezcas entre tu propia ingratitud y tu elocuente indignidad. ¿Acaso no te das por aludido? Cuando finalmente desaparezcas, mentor, dueño, acaparador y creador de ídolos, impulsor de la mediocridad en lo más profundo, ¿no notaste aún que tu tan alabada heroína huirá contigo? ¡Hey tú! ¡Pon atención! Maligno, voraz discípulo de la diosa corrupción. ¿Sigues con la intención de pulular por nuestra nación, sabiendo que la desazón que has inspirado retornará como un afilado arpón hacia tu propio corazón?

La presencia del Discípulo del Mal en nuestra sociedad es un recordatorio de los peligros que enfrentamos cuando cedemos ante la corrupción. Su figura representa la decadencia y la destrucción de los valores fundamentales que sostienen una sociedad justa y equitativa. Es nuestra responsabilidad reconocer esta amenaza y tomar medidas para combatirla.

Es necesario alzar la voz y denunciar la corrupción en todas sus formas. Debemos exigir transparencia, rendición de cuentas y promover la honestidad en cada esfera de nuestra sociedad. La lucha contra la corrupción no es tarea de unos pocos, es responsabilidad de todos. Cada uno de nosotros tiene el poder de resistir la influencia del Discípulo del Mal y contribuir a la construcción de un futuro mejor.

No permitamos que la desazón y la inspiración maliciosa del Discípulo del Mal prevalezcan. Enfrentémoslo con valentía y determinación, recordando siempre que la corrupción no tiene cabida en una sociedad que aspira a la justicia y la honestidad. Juntos, podemos desmantelar los cimientos del mal y abrir paso a un futuro donde prevalezcan los valores más nobles de la humanidad. ¡No permitamos que la oscuridad del Discípulo del Mal ensombrezca nuestro camino hacia un mañana más brillante y esperanzador!

Lic. Nelson J. Ressio.


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