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06/01/2020

No soy solamente Humo y Espejos. También soy un Iceberg, una Maciza Pared y una Elongada y Móvil Escalera.

Varias veces, ante mi presencia, me han querido psicoanalizar (entonces, estadísticamente hablando, sin mi presencia en dichas "sesiones", estimo yo que, los argumentos psicoanalíticos sobre mi personalidad, deberían tener una alta probabilidad de que se sigan sucediendo uno detrás del otro, aún hoy, en mayores o menores medidas); de parte de Hombres Probos y de Buenas Costumbres; y de otros seres adicionales, y que "no son como los anteriormente mencionados" y que además, tampoco llegan a estar incluidos en el Reino Animal (sin el Hombre); incluso me han intentado psicoanalizar públicamente, ya que me llamaron o publicaron que estoy... "loco". A todos ellos... desde lo mas profundo de mi corazón, les expreso mis humildes, gracias, por tanto halago, pero, de todas maneras, les agradecería nuevamente, que no alimenten a mis egos, y menos que menos, por medio de tan "excélcia" distinción, y que, a prejuicio de aquellos, han agregado un halago mas, el cual expresa que, "incluso son pocos los locos que existen sobre la Tierra". Igualmente, de mi parte, a todo halago, lo descarto automáticamente, y solo un puñado de ellos, los guardo en el Corazón... es decir, a determinados halagos despojados de envidia y de falta de sinceridad; en definitiva, de falta de Empatía.

Pese a lo anterior, desde mi imperfecto punto de vista, creería yo que no deberían psicoanalizarme, y menos que menos, tan velozmente, porque para poder llegar a hacer tal Opus Magnvm, sobre mi persona, en primer lugar; estarían colocando sus propias subjetividades; sus pensamientos a priori; su uso de razón sesgado por ideologías y/o creencias; su muy visible y común, caracterización indeterminada y universalizada; su análisis que no reviste de mediatéz empírica ni metodológicamente científica; sino que, todo lo contrario, porque, al intentar psicoanalizarme, o al intentar abrir juicios a priori, en este caso, sobre mi persona, únicamente demuestran una inmediatez de característica universal, inmadura y carente de todo intelecto (para esta "tarea freudiana / junguiana / lacaniana / Wilhelmniana" por supuesto), y por lo tanto, solo se limitan a regurgitar prejuicios falaces, sin siquiera acercarse al Silogismo basado en hipótesis, como para que, posteriormente, pudiesen arribar a una determinada conclusión verdadera, y menos que menos, el comprender la Ciencia Argumental, y la Lógica Incondicional y Condicional.

Es mas, para poder psicoanalizarme, para intentar siquiera obtener algo del extremo superior expuesto a la intemperie desde dentro de este humilde Iceberg, que es mi mente; (y algunos expresarán, por medio del pecho ensanchado por el ego, luego de lo inmediato y anteriormente expresado por mi, sobre el Iceberg, "¡ahhh!, ¿ves?, te dije que era una persona fría y calculadora"), siendo el ejemplo del Iceberg, solo una analogía, una representación arquetípica mas, de entre tantas, destinada únicamente, para que ciertas personas lo aprehendan de mejor manera; entonces, para poder psicoanalizarme, haría falta; y me conozco muy bien, aunque no del todo y como quisiera, porque me paso todos los días mirándome y amándome a mi mismo ("¡Ahhh!, ¿ves?, te dije que era una persona con características psicológicas narcisistas") y... yo diría, mas bien, "Nelsisistas", pero no importa; entonces, haría falta una horda gigante de psicólogos (y si se quiere incluir a algún psiquiatra, y ya que estamos, a algún experto en Antropología Evolutiva y Filosófica, bienvenidos sean todos a mi mundo), los cuales, efectivamente, son casi los únicos con una cierta potestad profesional (y no así, científica metodológica, empírica, versal, mediata y a posteriori, salvo que estén dedicados al trabajo de campo, exclusivamente), -y además, sin darle demasiada potestad a aquellos que no hacen trabajo de campo, y solo se limitan a repetir lo que otros plasmaron en libros, eso si, con sus propios trabajos de campo-; y aquellos "profesionales de la mente", si intentaran psicoanalizar a este "iceberg que soy" para poder constatar mi halagadora "locura", y de una vez por todas, apaciguar los egos de aquellos que me han llamado -y todavía me llaman- "loco", lo cual, reitero, me halaga en demasía; son "profesionales de la mente" que estarán destinados a una gran tarea, casi imposible, en los tiempos en los que vivimos, y que es, a utilizar su saber, extraído de los libros y charlas con sus pacientes, sumado a una enorme "dosis" de Empatía (con mayúscula), porque el grupo de "profesionales de la salud mental", que intente psicoanalizarme, para averiguar mi personalidad, se encontrarán parados al pie de una gran Pared de Ladrillos, y muy Macizos, y con una Gran Tarea que emprender por delante, como ya dije, porque deberán aplicar lo que muy pocos poseen, y que es la Empatía (además de que, primero que nada, deberán construir una muy alta, fuerte y móvil escalera arquetípica, como primera medida en este reto casi imposible), virtud aquella, la Empatía, muy escasa en estos tiempos, y que solo es posible percibirla en aquellos, sostenida con imperceptibles hilos de algodón, a través de máscaras cuasi mortuorias, inertes e inmóviles; aún en aquellos que por lógica, deberían poseer la mayor carga empática de todas las personas de este planeta, es decir, aquellos "profesionales de la salud mental".

La falta de Empatía, esa si que es una característica cercana a una verdadera y posible patología mental, ¿no les parece?

Entonces, aquella Horda de "profesionales", al momento en el que se dispongan a intentar comprobar lo que aquellos; es decir, los primeros nombrados por mi, al comienzo de este escrito; han expresado, respecto del inmerecido Halago hacia mi persona, en relación a mi inmerecida condición de "loco"; se hallarán frente a un iceberg, a una gran pared, y a un Gran Universo de Humo y Espejos, y deberán dedicar el resto de sus días a psicoanalizar a una sola mente, a mi humilde mente; y al final, y como producto de su conclusión "profesional", -para dejar tranquilos a aquellos Hombres Probos repletos de una evidente envidia, infundada a mi juicio, porque solamente me he dedicado a hacer y no a parecer-, conclusión aquella, que deberá contener características tautológicas, silogísticas, empíricas, mediatas y a posteriori, como mínimo; y dicha conclusión, si la "concluyen", llegará a ser tan amplia, pero tan amplia, que únicamente recordarán el trabajo que les llevó construir la escalera, recordarán el intenso frío proveniente del Iceberg, recordarán la Gran e Interminable Pared de Ladrillos Macizos, y al final de dichos recuerdos, sus conclusiones "profesionales", quedarán revestidas de un espeso halo compuesto por una oscura humareda, y por incontables y móviles espejos suspendidos de la nada y de todo, los cuales reflejan sus propias y brumosas falencias, ya sean, las de los "profesionales", como las de los "Hombres Probos" y los otros, (y aclaro que, cuando expreso Hombres, con "H" mayúscula, me refiero a un Universal, es decir, a los dos únicos géneros que existen sobre la faz de la Tierra, y que son, el femenino y el masculino).

Por lo tanto, si aquella Horda de Profesionales de la Salud Mental jamás podrá llegar a psicoanalizarme como para arrojar siquiera, una realidad que se acerque a la verdad empírica emanada de mi Iceberg, de mi Escalera Móvil, de mi Pared cuasi Fortaleza Medieval, de mi Humo y de mis Espejos; yo me pregunto, ¿como es posible entonces, que los que no son "profesionales de la Mente", aquellos Hombres Probos y otros no tanto, pudiesen esgrimir un determinado halago sobre mi persona, como por ejemplo, de que estoy "loco"? Creo yo, que no me merezco tal pomposo nombramiento; porque, es simple, no me creo receptor para tanto halago respecto a mi supuesta "locura", aunque, si queda muy en claro, que algún día llegaré a poder estarlo; bueno, al menos lo intento casi constantemente.


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