¿Quién es quien en este planeta llamado Tierra? Obviamente, en relación a la pregunta inicial, y desde mi imperfecto pero perfectible punto de vista, aunque, eso si, punto de vista aquel, que ha sido aprobado por mi conciencia, la que encierra la intuición y la deducción mediante el uso de la Razón, lo único Supremo y perfecto que posee el ser humano, y aunque la razón es Perfecta y Suprema, lo que de ella se desprende, es imperfecto, pero perfectible, ya que depende de qué tipo de uso le habremos dado, durante toda nuestra vida, a dicha Razón Suprema.
Pero, la pregunta de ¿quién es quien en este mundo?, me pone en la duda para realizarme otras preguntas, como por ejemplo, ¿quién tuvo el poder desde el comienzo de las sociedades organizadas?, ¿quién se dio cuenta, de que la sociedad es un complejo mecanismo, el que necesita de la ambivalencia, para subsistir y progresar?
Como sabemos, desde el inicio de los tiempos, los que siempre tuvieron el poder, fueron nuestros ancestros, los animales, y a ellos los portamos, aun hoy, en el siglo XXI. Por lo tanto, en esencia, el poder siempre ha estado en mentes, eminentemente animales, con uso de razón, quienes, luego de descubrir el andar bípedo, el mirar a los ojos al otro, de frente, el darse cuenta de que, se podía encender el fuego, usando dos piedras y unas ramillas, y que luego, podrían cocinar la carne, con ese fuego, y que antes comían crudas, y muchas cosas más, generaron un vendaval de orogénesis, y el Neocortex, pasó de ser un tercer nivel de mediana capacidad, al que tenemos hoy en día.
Según dice la ciencia ortodoxa, solo usamos el 10% de nuestro actual cerebro (algo con lo que no estoy de acuerdo, pero bueno, esto es otra historia), por lo tanto, el Sistema Límbico, ese cerebro animal que portamos debajo del Neocortex, es la parte arcaica de nuestro Cerebro, es la parte evolutiva, es la parte en donde está la memoria colectiva inconsciente, es de donde provienen los sueños, las respuestas e impulsos instintivos, las pulsiones sexuales, es decir, los egos, esas bajas pasiones, que debemos saber detectar, para luego, hacerlas conscientes. Por lo tanto, hoy en día, estamos gobernados por personas que han acumulado poder desde antaño, mas allá de la ambivalencia de quienes tienen el único poder, dicha ambivalencia siempre estará desde los gobiernos (o desde quienes tengan el poder por sobre dichos gobiernos) hacia abajo, hacia el pueblo, porque, desde los gobiernos hacia arriba, la ambivalencia se extingue en un corto trayecto, quedando el poder, en una sola mano; y no quiero decir con esto, que esa mano sea mala o buena, sino que, esa mano, no es ni mala ni buena, es la que genera la ambivalencia en el gran pueblo que compone este planeta, a través de los gobiernos. Y con estas palabras, no juzgo a nada ni a nadie, no expreso culpabilidades a nada ni a nadie, porque, ¿quiénes de nosotros sabemos, lo que aquella única mano ambivalente, tiene en mente? Al menos, yo no lo sé, pero, de lo que sí estoy seguro, es que lo puedo intuir, porque, aquella mano; y que no es una sola persona, por supuesto; posee la potestad de un verdadero Demiurgo, quien, para construir, necesita, destruir, y para destruir, necesita construir, pero, que, en definitiva, el objetivo final del Demiurgo, es el progreso de la especie humana, y no solamente en este planeta, sino que, hacia donde sea necesario ir, porque esta especie, no debe terminarse jamás, y tenemos la obligación, por naturaleza evolutiva, de ir mas allá de todo límite, a todos los niveles. Para progresar, no hay buenos ni malos, ni hay Cristos ni Anticristos, no hay Dioses ni Diablos, sino que, hay Demiurgos, y así como el progreso individual, se constituye como un constante pase de estados mentales, de felicidad, a la tristeza, a la ira, a la alegría, y de nuevo a la felicidad, y así continúa el ciclo, tal como el Ouroboros; y a este respecto, Nietzsche decía: "No dejes que un horizonte de infinitos retornos te intimide; vive la vida de tal manera, de que si tuvieras la oportunidad de vivirla nuevamente, pudieras hacerlo sin temor". Y así es la vida individual, y por lo tanto, así es la vida colectiva; un ciclo, un ir y venir de eventos que parecen malos, y de eventos que parecen buenos, pero, que a los ojos de aquella mano ambivalente, demiúrgica, y que está sobre los gobiernos, sabe muy bien, que dicha ambivalencia, debe aplicarse a la sociedad, la que se encuentra por debajo de los gobiernos, por intermedio, o a través, de la clase política, para que el diseño, pensado por el Diseñador, pensado a cientos o miles de años hacia el futuro, sea aplicado sobre nuestra sociedad, de la mejor manera posible, por las manos del Demiurgo, por aquellas manos ambivalentes que nombraba antes, y que están por encima de todos los gobiernos. Pero, el que diseña, está por encima de aquellas manos, y este, haría las veces de Dios, pero, a mi manera de ver el mundo, son solo personas con sabiduría, que únicamente diseñan, y que aquella mano ambivalente, ejecuta hacia abajo. No olvidemos que, "como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba; y como es a un lado, es al otro; y como es delante, es detrás", y por lo tanto, lo que el Diseñador (ese grupo de personas que piensan a futuro, tiene en mente y planea y luego delega al Demiurgo, a esa mano ambivalente), y que el Diseñador plasma sobre su plano, sea como sea dicho plano, el Demiurgo lo ejecuta, a rajatabla, y como sabemos, a veces, para construir y para avanzar, se debe destruir, ya sea, de manera individual, o a nivel de nuestra especie, y eso es lo que sucede hoy en día, en este planeta, siempre desde mi imperfecto punto de vista, por supuesto; porque vemos las dualidades o ambivalencias por todos lados, vemos malos y buenos, organizaciones oscuras y luminosas, y a veces, las luminosas son oscuras, y las oscuras, luminosas, y los malos pueden ser los buenos, y los buenos, pueden ser los malos, y lo que parece una destrucción, puede ser una construcción, y viceversa; tal como lo expresa el principio del Ritmo en el hermetismo: "Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación." Pues queridos lectores, aquel Diseñador del plan, que creo que se constituye por muchas personas, es el director de esta gran orquesta, que es nuestro planeta, y el Demiurgo, es el que afina o desafina, los instrumentos que sean necesarios, y en el momento menos esperado y menos entendible, por el público que está observando a la orquesta.
Ahora, ¿quiénes son los Diseñadores, y quienes son los Demiurgos, con nombre y apellido? Pues esa respuesta, al menos yo, no la puedo dar, aunque pueda tener una intuición al respecto, nada será lo que parece.
Por ello, debemos saber, y muy bien, que ese principio hermético del Ritmo, esa ambivalencia, esa dualidad, tiene como base, todo lo que decía al comienzo de este escrito, y que es, nuestro pasado antropológico, nuestro acervo evolutivo esencial, y como tal, tanto los Diseñadores como los Demiurgos, es decir, aquellos que se encuentran por encima de los gobiernos, ninguno de ellos escapan a la esencia evolutiva del ser human, hayamos tenido un 100% de injerencia animal terrestre, o hayamos tenido alguna mano extra, para acelerar nuestra evolución. Pese a lo anterior, en cualquiera de los dos casos, el Diseñador y el Demiurgo (el Gran Arquitecto y el Ser Humano) ninguno de ellos, escapan de poseer la esencia animal en la mente inconsciente, y por lo tanto, desde el organismo mas pequeño, hasta los reptiles, y luego, los simios antecesores del Neandertal y del Cromagñon, todos están en el Sistema Límbico, tanto en el del Diseñador como en el del Demiurgo, y por lo tanto, todo lo que diseñen y ejecuten a nivel global, tendrá el Sello de la Razón Suprema, pero también, se encontrarán supeditados bajo el inmanente sesgo que generan las tiranas fuerzas de la evolución; y hasta este momento de nuestra existencia, y que, a tiempos cósmicos, son solo segundos, la ambivalencia, la dualidad, el ritmo, es lo que, por ahora, hace funcionar a "nuestro" planeta. Por ahora, creo yo, y desde nuestra perspectiva colectiva, deberíamos dejar que el ser humano, imperfecto, y quienes tengan el poder, hagan lo que tengan que hacer, debido a que, la tendencia ha sido siempre, hacia el progreso y hacia la expansión, y dudo que esto último se termine, sino que, a mi juicio, existen variados vestigios, de que lo anteriormente expresado, continuará acelerándose, y llegará el día, de que la ambivalencia, la dualidad, o lo que lo anterior signifique a nivele efectivos, ya no sea necesaria, debido a que, llegaremos al punto en el que pasaremos a ocupar un nuevo nivel evolutivo, pasaremos a ser una especie mas avanzada, con injerencias sobre todos los niveles de nuestra vida actual mas, injerencias que, incluso, irán mas allá de nuestro propio Sistema Solar, porque nos llevarán hacia Sistemas Solares cercanos, mas allá de poder expandirnos hacia los planetas que, por ahora, "tenemos a mano".
La mayoría de los habitantes de este planea, no conocemos los apellidos, ni los nombres de aquellas manos que se encuentran sobre los gobiernos a los que manejan sin que los podamos distinguir, aunque los queramos intuir; pero, eso no es lo que realmente importa, sino que, lo que importa, es que siempre veamos el progreso y la expansión de nuestra especie, aquí, en este planeta Tierra, y hacia otros mundos, pero, para ello, y por el momento, el momentáneamente ineludible método, es la dualidad, la ambivalencia.
Nelson J. Ressio.
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