Siempre tenemos las posibilidades a nuestro alcance. Algunos eligen aprovecharse de los demás y de entes invisibles; pero otros, en cambio, eligen aprovecharse de aquellas posibilidades. Tu, ¿cual de esos dos caminos eliges?, porque, lo primero, a veces, se da de manera inconsciente, pero el segundo, es pura consciencia y sufrimiento con un final enaltecedor. ¿Cual camino eliges?
El aprendizaje es otra de las grandes y principales posibilidades que posee el ser humano, a su alcance, ya sea por vías formales, o bien, por las informales; de todas maneras, para construir (aprender) es lógico el pensar que se debe deconstruir (eliminar viejas fuerzas psíquicas oscuras, para resumir), pero, justamente esta deconstrucción es lo que detiene al ser humano, de mejorarse a si mismo, debido a que, en dicho proceso deconstructivo (para construirse con lo nuevo y con lo que brilla) se sufre, se es infeliz, la alegría es un aliciente esporádico y pareciera que todo ello jamás terminara; pero, es que así es, jamás termina, debido a que todo aquello que se deconstruye, sufre en el proceso (ya sea una pared, un árbol en el ocaso de su vida y a punto de desplomarse, o bien, la propia psique de una persona); y lo que se debe hacer, en el proceso Demiúrgico de construcción-deconstrucción, es el aceptar aquello que jamás termina, como si fuera un ente corpóreo y con mente propia, es decir, aceptar al sufrimiento de manera determinista, el cual se debe transformar en nuestro maestro, durante toda la vida, y nosotros, validos de la Obra Magna, comenzar a entender al sufrimiento, en lugar de rechazarlo, de oponernos a él, porque, si nos oponemos al sufrimiento, por ejemplo, de un árbol que está quebrado y a punto de caerse, y el mismo no se cae, porque seguimos estando nosotros del lado opuesto, sosteniendo su inevitable caída, para intentar, de manera infructuosa al final, de mantenerlo de pie lo mas que se pueda; lo único que lograremos, es prolongar el proceso de sufrimiento del propio árbol, por lo que, debemos, como dije antes, entender al propio árbol, llegar a comprender su sufrimiento con tanta profundidad, de que, el dejarlo caer, es la culminación de haber comprendido la gravedad de su tronco, de sus raíces y de la tierra circundante; por lo que, el dejar que el sufrimiento haga su trabajo, es esencial, debido a que ese árbol, fecundará la tierra, y dejará semillas, para que nuevos árboles crezcan a su alrededor. En consecuencia, al dejar caer a nuestro árbol interno, estamos llevando a cabo un necesario proceso Demiúrgico, el cual, durante el trayecto y hasta el final nos hace mas y mas fuertes, psíquicamente hablando, gracias a haber podido comprender la necesidad de separación de las cosas, (es decir, nosotros y nuestro propio sufrimiento). El dejarlo caer, se corresponde con aquel aprender, es aquella posibilidad de mejora que todo ser humano tiene al alcance de su mano existencial, pero, por desgracias; y creo que sin temor a equivocarme; la mayoría de las personas, siguen sosteniendo su árbol interno toda la vida, sin saber que todo lo que sucede alrededor de nuestra existencia, es un gran ciclo de aprendizaje continuo y retroalimentado por nosotros mismos, si es que tenemos la fuerza psíquica necesaria, como para llevar a buen puerto, a aquella retroalimentación. Ese ciclo, de sostener el árbol, dura el tiempo necesario como para entender sus heridas y su sufrimiento (nuestros sufrimientos parciales internos) y se dará toda nuestra vida, y por lo tanto, es un ciclo de dejar caer, para fecundar y crecer, dejar caer, para fecundar y crecer, y asi sucesivamente; en definitiva, es el mismísimo Ouroboros de Nietszchhe, el cual simboliza mas o menos lo siguiente: "No dejes que un horizonte de eventos te detenga. Vive la vida de tal manera, que si tuvieras que vivirla de nuevo, pudieras hacerlo sin temor".
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