¿De que manera se podría contener, o bien, mantener ordenadas, a 8 mil millones de personas, sin tener que poner en práctica, lo expresado en el primer párrafo?
Por mi parte, amo a todos los países de la tierra, porque, simplemente, soy hijo de la Tierra, hijo de este planeta, tal como todo ser humano, pero, en el justo instante en el que se percibe que algo se saldrá de control, la misma historia nos comienza a susurrar al oído, en relación a que, para poder obtener un Orden, -estable, o bien-, mayor al actual, es menester que se desencadene un caos precedente. Dadas las escalas globales, es una tarea casi imposible, el intentar obtener Orden, basados únicamente en utilizar mas Orden, porque sería como agregarle azúcar a la miel... una mezcla que se tornaría empalagosa, y por lo tanto, sin utilidad alguna; y por otro lado, tampoco debería interesar, quien sea el que desencadene el caos, si el que lo aplica, lo lleva a cabo de manera inteligente y absolutamente humana.
Recordemos, que el Universo nació del caos... y no así, del Orden, por mas que al caos mismo, se lo considere como un Orden, respecto del cual, todavía no se le hayan encontrado, sus leyes constitutivas; mas allá de lo anterior, el usar el caos, para obtener orden, se ha dejado sellado en nuestros genes desde épocas arcaicas, herencia que acarreamos desde aquella Sopa plasmática y primigenia, la que dio lugar a todo, de lo que hoy en día, somos espectadores.
El ser humano, comúnmente desea entender y aplicar el Orden, en todos los aspectos de su vida, sin saber que, lo principal, lo que se debe comprender, es la manera en que se conforma su capacidad de utilizar el caos, para que luego, pueda obtener el fin último y deseado, y que es el Orden mismo. Nunca se podrá encontrar oro, sin antes no tener que generar un gran caos en las piedras que se encuentran a su alrededor. Nunca se podrá apreciar la belleza y el orden, que provienen desde una confección perfecta de una alhaja, hecha con aquel metal precioso, sin que primero se lo deba hallar utilizando el caos.
Entonces, es bien sabido, que para poder llegar a obtener un Orden individual, se hace necesario introyectarnos hacia el caos que reina en nuestro interior, de manera tal, de observarlo, y de entenderlo, en todas y cada una de sus manifestaciones funcionales. En consecuencia, para poder llegar a obtener un Orden colectivo, pues, solo se debe utilizar el mismo principio.
Por lo tanto, cuando se perciba que el mundo se encuentra sumido en el caos, quizás, y solo quizás... estemos presenciando, y sin darnos cuenta, la propia ejecución de un proceso destinado a obtener un cierto Orden futuro, Orden este, que en comparación, será de proporciones mucho mayores, al caos que lo ha debido generar.
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