La siguiente, es mi manera de ver el simbolismo del Toro, o Tauro. Y para hacer referencia a las Corridas de Toros, a modo de intoducción a este tema, recuerdo que, cuando asistía a la escuela secundaria, junto con mis amigos nos íbamos a pescar a un arrollo bastante cerca, lo cual nos tomaba unas dos horas de caminata, cruzando por varios campos, y justo en uno de ellos, recuerdo que había una manada de cebúes, que son los toros que tienen una joroba sobre su cuello, bueno, tanto aquellos animales, como nosotros, seguimos caminando como si nada pasara, porque los animales estaban "muy lejos", y nosotros llevábamos las carpas para acampar, sumadas a mochilas, y un gran etcétera, pero, cuando estábamos demasiado adentrados en el campo, previo saltar una cerca de varios niveles de hilos de alambre de púas, vimos que la manada entera, de cebúes, se da vuelta, y todos nos comienzan a mirar, y luego, se disponen a caminar en dirección hacia nosotros, pero, en un primer momento, no les hicimos mucho caso, porque estaban aparentemente "muy lejos", hasta que los vimos correr hacia nosotros, todos juntos, y muy veloces, los cuales habrán sido unos 10 a 20 cebúes mas o menos, por lo que, dimos la media vuelta, y procedimos a volvernos corriendo al alambre de púas, el que ya había quedado lejos, y cuando nos acercamos al alambre, desde una cierta distancia, arrojamos todas las cosas del otro lado de la cerca, y saltamos el la cerca, de púas, agarrándonos con las manos desnudas, en el hilo superior de púas, para saltarla, y lo hicimos sin pensarlo. Se nos lastimaron las manos, por todos lados, y los cebúes seguían viniendo en dirección hacia nosotros, y cuando se percataron de que quedamos fuera de la cerca, y que también nos alejábamos, y por desgracias, por el camino mas largo hacia nuestro tan esperado destino, de volver a casa, y al rayo del sol, los "amigos" cebúes retornaron hacia donde estaban, en una especie de laguna artificial, en el campo. Así es, me he enfrentado con muchos cuernos y rebuznes, y esa anécdota, a una persona le queda impresa a fuego en su psique inconsciente, porque, era la vida misma, la de nosotros, la que estaba en juego en ese momento. E inclusive, si alguno de nosotros hubiésemos tenido un arma, quizás, si se nos acercaban, y la situación se tornaba como un tema de vida o muerte, con respecto a nosotros, íbamos a disparar, enfrentaríamos nuestra propia muerte, matando al toro, sabiendo que eran mas de 10, es decir, con pocas probabilidades de salir ilesos, hablando de nosotros, pero intentaríamos matar al cebú, mas que toro, es decir, a cualquier cebú que nos amenazara de cerca.
Ahora bien, de allí a torturar al toro, hasta hacerlo desangrar, como lo hacen en las corridas de Toros en España, y en otros países como en México, si no me equivoco, desde mi punto de vista, ese acto de tortura, pasa a ser una costumbre arcaica y retrógrada, heredadas de épocas antiguas, costumbre que, particularmente, no estoy de acuerdo con ella, por lo que genera en las mentes que los ven; es decir, la naturalización del maltrato en general, y ese maltrato, fundamentado en base a la tortura, también se traslada entre las personas. Los adultos de hoy en día, están empapados de egoísmo, y con el pretexto de salvar ciertas tradiciones incoherentes y regresivas, les importa muy poco la mente de los niños/adolescentes y hasta delos adultos mismos, que observan dichos actos de sangre. No existe peor ser, a quienes nos tengamos que enfrentar, que a uno mismo, a nuestro Yo Interior, y allí si, quiero ver al ser humano, en la arena luchando contra sus demonios, y ver quien gana la contienda, sabiendo que la vida te aplasta, aplasta, y aplasta, y cuando pareciera que estas dando un respiro, una nueva estocada te atraviesa, y de nuevo, y de nuevo, y así sucesivamente, continuando, sin parar, enfrentándonos a los embates de los sucesos creados por el propio ser humano, que llegan a destrozarlo, y a uno mismo, luchando contra uno mismo, porque el ego no perdona, y desea ser feliz siempre, pero, cuando el Ego se da cuenta de que no va a tener recompensa alguna, no le interesa, y comienza a pedir, y pide y pide mas, es decir, nuestros demonios internos piden y piden mas, y uno, es decir, la consciencia, el ser despierto y elevado, debe saber controlar a esos cebúes internos, a esos demonios, a esos egos, los cuales intentan no sufrir, aunque no se pierden la oportunidad de trasladar el sufrimiento, como otra gran estocada hacia nuestra conciencia, y ese sufrimiento dura días, meses, años, y el que no sucumbe a ellos, pues se fortalece. Este es el verdadero significado de enfrentar a nuestros animales interiores. Pero, en cambio, el tener que torturar animales, en la vida real, para poder recordar simbolismos, mismos arquetipos que podemos recordarlos de otras maneras mas civilizadas, con el Mazo y el Cincel, solo para dar un ejemplo masónico, entonces, el tener que torturar animales, para reforzar un arquetipo, es innecesario e inaceptable a estas alturas del siglo XXI, porque dichos actos o rituales de sangre, atentan contra las mentes que no necesitan acumular "naturalizaciones de ese tipo", de parte del mundo de los adultos. Sigamos con las herramientas, las masónicas, o de cualquier otra orden, pero, ¿porqué sacrificar a un animal? ¿Para adrenalizarlo y posteriormente comerlo, de manera tal, de transmitir esa energía de la adrenalina en la sangre y en la carne del animal, al ser humano que lo ingiera (cocinado quiero creerlo)? ¿Porque divierte, porque es redituable económicamente, y porque hace generar adrenalina en la sangre, es el motivo por el cual, estas corridas de Toros continúan?
También he sabido que, tanto desde antaño, como hasta nuestros días, se han torturado, violado y asesinado a niños y niñas, para adrenalizar su sangre, y luego, los destinatarios humanos de dicho "producto escarlata", son los que consumirían la sangre de los niños, luego de ser asesinados, sangre cargada de adrenalina, fruto del pánico constante al que son sometidos y que los niños deben soportar, para que, de esa manera, sus bebedores lograran obtener una mejor y mayor vida, y una mejor salud. Esto ha sucedido siempre, y aún sucede hoy en día, como resabios de tiempos en que las ofrendas a los dioses, eran los corazones recién extraídos, de seres humanos vivos. Y sin ir mas lejos, Jesucristo mismo, es el fiel reflejo de un ser, al cual se le ha adrenalizado su sangre, para que luego de 2018 años, millones de curas y de feligreses, puedan beber la sangre adrenalizada de Jesucristo, y coman su carne (de manera simbólica), y la mayoría, sin saber en lo absoluto, este trasfondo simbólico. Por lo que, me pongo a pensar y trasladar estos temas, a los sucesos actuales, como por ejemplo, a los casos de pedofilia de parte de la iglesia, sumado a las torturas y asesinatos de niños, dentro de la misma iglesia, no será que, mas allá del sexo que los eclesiásticos tienen con los niños, estos mismos clerigos de bajo nivel, son los que están produciendo sangre adrenalizada, para que sus superiores eclesiásticos las puedan beber, como si estuvieran bebiendo la sangre adrenalizada del propio Jesucristo?
Vieron a lo que se llega por naturalizar ciertas costumbres, y simbolismos arcáicos, los cuales, no son pasibles de mis respetos, en lo absoluto, porque, aunque, si bien comprendo perfectamente bien, que todavía, el ser humano, no ha dejado de ser un animal, en esencia, a la par, tampoco dejamos de rememorar el pasado, y si vivimos en el pasado, el futuro, seguirá siendo similar al pasado, pasado este que todos los años se rememora, en la arena, en lo referente al Toreo, o en las iglesias, en lo referente a los sacrificios de sangre. El pasado, debe quedar en las mentes y en los libros, pero no así, en "festividades" recurrentes, destinadas a mantener a la psique humana, en un constante carga psiquica, en dirección hacia la naturalización de esto o de aquello, hechos propiamente originados y provenientes desde cuando eramos animales, y no así, Homo Sapiens Sapiens.
Y con relación al Toro, a Tauro, ahora, compartiré lo que tengo en mente, con respecto al simbolismo del toro, de Tauro, junto con la numerología correspondiente, dentro de la Estrella de David y el mismísimo YHVH:
Por lo tanto, y en base a todo lo anterior, busca, querido lector, cada evento trascendental de este mundo, y verás entre sus eventos constitutivos, los números anteriormente detallados en la imagen. Por ejemplo, el incendio del Museo en Brasil, en la fecha 22, un edificio en Londres, donde había inmigrantes, en ota fecha 22, y así sucesivamente, podemos seguir, por ejemplo, las torres gemelas, 2 torres * 11 = 22 (El mismísimo Tauro, porque las Torres Gemelas eran cuernos y en su centro, siempre estaba el sol; ese lugar denominado como el "Golden Gate" o la "Puerta de Oro", y otro evento, el Titanic, que se dividió en 2, justo entre las 2 primeras chimeneas de popa, y las 2 de proa, otros 22 aparecen con esto, y había 2223 personas a bordo, con lo que otros 22 y hasta un 33 escondidos, porque el 23, simbolizan las 11 de la noche, y 22+11=33. Y un largo etcétera de ejemplos, que no viene al caso recordar aquí. Entonces, el ser humano, continúa realizando sacrificios en masa, a Baal, o a Tauro, por ejemplo, y las vidas humanas se pierden uno tras de otro; pero, como se podrán dar cuenta, la pérdida de vidas humanas, a los ojos del Cosmos, no altera en lo absoluto su orden cósmico, por lo tanto, pasan a ser son irrelevantes, meros medios para un fin "mas elevado". Y en relación al Submarino ARA San Juan, respecto del cual he escrito dos artículos en esta misma web, el número 22 se repite por todas partes. Lee mi artículo resumen de concordancias con el número 22 en el ARA San Juan, aquí.
Pero, si 777 lo dice, debe hacerse, ¿verdad?
Ahora, la pregunta sigue siendo, ¿está bien que continuemos repitiendo, uno detrás de otro, los rituales de sangre, tal como en las corridas de toros, o en los rituales que generalmente, a los ojos de la mayoría, pasan por ataques terroristas, o daños mecánicos, etc.? El objetivo es la adrenalina y la psique colectiva, es decir, adrenalizar la sangre de manera colectiva, con el bombardeo de noticias, tales como con las Torres Gemelas, por ejemplo, o como lo hicieron con el ARA San Juan, como para citar solo dos eventos de este tipo, una ínfima parte del abanico ritualístico desplegado a los ojos de todo el mundo, que todavía se encuentra dormido; ¿quién las alimenta y quien las potencia? Será que para el Dios 777? Como dije antes, acostumbro, siempre, a observar al ser humano, desde una perspectiva antropológica, y desde allí comienzo a elevarme, en relación a mi análisis, y por lo tanto, entiendo muy bien a las personas que han hecho y hacen todos los rituales que algunos conocemos, por simple hecho de darnos cuenta de ello; es cierto, entiendo a las personas destinadas a hacer estos rituales, los comprendo perfectamente, porque al fin y al cabo, seguimos siendo animales, continuamos, de alguna manera, dogmatizados para la adoración de un solo Dios en particular, fundamentados en la sangre de animales y/o, de personas, o bien, con lograr que la sangre de parte de aquellos seres humanos que no participan ni indirecta, ni directamente de estos rituales, esté repleta de adrenalina, y que únicamente, se constituyen como receptores pasivos o partes pasivas de estos rituales, quienes reciben estas noticias de estos rituales velados, a manera de "simples eventos casuales".
En verdad, los entiendo a todos, pero ¿no creemos que ya estamos grandesitos para jugar al ritual, a estas alturas del siglo XXI?
Particularmente, soy un amante de los rituales, son maravillosos; y no me refiero a los rituales de sangre, tales como los de la archiconocida misa de la iglesia católica, (los que a cada momento, recuerdan a sus feligreses que buscan a dios afuera, en lugar de buscar a sus dioses dentro de ellos mismos) misa, que está destinada a recordar la tortura, el canibalismo y el sufrimiento constante que es aplicado sobre un ser humano, sobre Jesucristo; por lo tanto, mas allá del ritual de la misa del catolicismo, particularmente, amo cada ritual masónico por ejemplo, y he leído rituales que ni en mis sueños imaginaba poder leerlos, y ¿por qué amo los rituales? porque también soy un animal humano, pero, al poseer una conciencia más humilde y al mismo tiempo, mas elevada, me indica que no es necesario, que se practique el ritual de la muerte por tortura, de los animales, y menos que menos, el ritual de tortura y muerte de los seres de mi propia especie. Por lo tanto, es momento en el que debemos continuar utilizando los rituales arquetípicos por excelencia, utilizando las herramientas necesarias, para el mejoramiento individual, primero, y colectivo, como consecuencia, del ser humano, pero, los rituales de sangre, ... digamos... ya somos adultos, ya hemos evolucionado lo suficiente como para darnos cuenta de que debemos dejarlos atrás, ¿no? Y es por ello que los entiendo a los que pergeñaron los rituales y a los rituales en si mismos, como los de la ARA San Juan, o como los de las Torres Gemelas, aunque no los comparto en absoluto.
Y a continuación, quería compartir una pequeña muestra del simbolismo y la numerología correspondiente a la Estrella de David, adjuntada arriba, dentro de una película para niños, de Netflix:
El Robot termina salvando al mundo, el Robot, termina siendo más humano que los humanos, el Robot termina siendo 777, el robot termina siendo YHWH. Ahora, ¿qué mensaje recibimos con esto? A mí, en particular, me encanta dejar simbolismos en mis escritos, y lo he hecho con mis novelas, con mis demás libros, con mis producciones musicales, y en todas partes en las que el simbolismo es bueno compartirlo, porque se relaciona con aspectos psicológicos que el ser humano acarrea en su inconsciente colectivo, desde su nacimiento, simbolismo, que son destinados al crecimiento interior del ser humano, mas no así, lo contrario.
Nelson J. Ressio.
Y con relación al Toro, a Tauro, ahora, compartiré lo que tengo en mente, con respecto al simbolismo del toro, de Tauro, junto con la numerología correspondiente, dentro de la Estrella de David y el mismísimo YHVH:
Pero, si 777 lo dice, debe hacerse, ¿verdad?
Ahora, la pregunta sigue siendo, ¿está bien que continuemos repitiendo, uno detrás de otro, los rituales de sangre, tal como en las corridas de toros, o en los rituales que generalmente, a los ojos de la mayoría, pasan por ataques terroristas, o daños mecánicos, etc.? El objetivo es la adrenalina y la psique colectiva, es decir, adrenalizar la sangre de manera colectiva, con el bombardeo de noticias, tales como con las Torres Gemelas, por ejemplo, o como lo hicieron con el ARA San Juan, como para citar solo dos eventos de este tipo, una ínfima parte del abanico ritualístico desplegado a los ojos de todo el mundo, que todavía se encuentra dormido; ¿quién las alimenta y quien las potencia? Será que para el Dios 777? Como dije antes, acostumbro, siempre, a observar al ser humano, desde una perspectiva antropológica, y desde allí comienzo a elevarme, en relación a mi análisis, y por lo tanto, entiendo muy bien a las personas que han hecho y hacen todos los rituales que algunos conocemos, por simple hecho de darnos cuenta de ello; es cierto, entiendo a las personas destinadas a hacer estos rituales, los comprendo perfectamente, porque al fin y al cabo, seguimos siendo animales, continuamos, de alguna manera, dogmatizados para la adoración de un solo Dios en particular, fundamentados en la sangre de animales y/o, de personas, o bien, con lograr que la sangre de parte de aquellos seres humanos que no participan ni indirecta, ni directamente de estos rituales, esté repleta de adrenalina, y que únicamente, se constituyen como receptores pasivos o partes pasivas de estos rituales, quienes reciben estas noticias de estos rituales velados, a manera de "simples eventos casuales".
En verdad, los entiendo a todos, pero ¿no creemos que ya estamos grandesitos para jugar al ritual, a estas alturas del siglo XXI?
Particularmente, soy un amante de los rituales, son maravillosos; y no me refiero a los rituales de sangre, tales como los de la archiconocida misa de la iglesia católica, (los que a cada momento, recuerdan a sus feligreses que buscan a dios afuera, en lugar de buscar a sus dioses dentro de ellos mismos) misa, que está destinada a recordar la tortura, el canibalismo y el sufrimiento constante que es aplicado sobre un ser humano, sobre Jesucristo; por lo tanto, mas allá del ritual de la misa del catolicismo, particularmente, amo cada ritual masónico por ejemplo, y he leído rituales que ni en mis sueños imaginaba poder leerlos, y ¿por qué amo los rituales? porque también soy un animal humano, pero, al poseer una conciencia más humilde y al mismo tiempo, mas elevada, me indica que no es necesario, que se practique el ritual de la muerte por tortura, de los animales, y menos que menos, el ritual de tortura y muerte de los seres de mi propia especie. Por lo tanto, es momento en el que debemos continuar utilizando los rituales arquetípicos por excelencia, utilizando las herramientas necesarias, para el mejoramiento individual, primero, y colectivo, como consecuencia, del ser humano, pero, los rituales de sangre, ... digamos... ya somos adultos, ya hemos evolucionado lo suficiente como para darnos cuenta de que debemos dejarlos atrás, ¿no? Y es por ello que los entiendo a los que pergeñaron los rituales y a los rituales en si mismos, como los de la ARA San Juan, o como los de las Torres Gemelas, aunque no los comparto en absoluto.
Y a continuación, quería compartir una pequeña muestra del simbolismo y la numerología correspondiente a la Estrella de David, adjuntada arriba, dentro de una película para niños, de Netflix:
El Robot termina salvando al mundo, el Robot, termina siendo más humano que los humanos, el Robot termina siendo 777, el robot termina siendo YHWH. Ahora, ¿qué mensaje recibimos con esto? A mí, en particular, me encanta dejar simbolismos en mis escritos, y lo he hecho con mis novelas, con mis demás libros, con mis producciones musicales, y en todas partes en las que el simbolismo es bueno compartirlo, porque se relaciona con aspectos psicológicos que el ser humano acarrea en su inconsciente colectivo, desde su nacimiento, simbolismo, que son destinados al crecimiento interior del ser humano, mas no así, lo contrario.
Nelson J. Ressio.
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