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O leer a continuación, la transcripción textual del video de arriba:
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-Hola doctora, ¿Cómo le va?
-Bien, muy bien, gracias, ¿y tu Nelson?
-No tan bien como quisiera, si no, yo no estaría aquí… salvo que usted me preste otros servicios… digamos, mas… redituables… digamos… espiritualmente, para decirlo de una manera sutil y respetuosa… y con ello, el resultado podría llegar a ser mejor que el de una simple terapia, común y corriente… Ahora… si por el momento, usted no ofrece otros servicios adicionales al “psico-anál-isis”, no importa, no se preocupe, además, suelo ser paciente… bueno, ¡justo en este momento lo soy, jajajajaa!… ok, ¿ya me puedo recostar en su sillón cama?
-Mmmm… si, por favor, Nelson, recuéstate, ponte cómodo, que vamos a charlar un poco, para ver qué anda sucediendo dentro de esa cabecita.
-Pues doctora, por la cabecita… sé muy bien qué pasa por ella, lo de siempre, lo de costumbre, las necesidades de siempre… bueno, usted comprenderá… pero por mi cabezota, pufff… allí suceden demasiadas cosas, y esas cosas, hasta hacen cola, y empujan, y empujan… y a veces… todas ellas, al mismo tiempo… al contrario de lo que le debería suceder a la cabecita ¿no? Pero, bueno, así son las cosas hoy en día doctora, en la sociedad misma, pero, principalmente, en lo que a mi respecta… así que, pregunte nomás, y yo respondo, y vi cerveza… y ¡viceversa!
-Bueno, Nelson, primero, vamos a tuitearnos... ¡a tutearnos!, perdón..., esto no es una cita con protocolos, así que, la informalidad debe reinar aquí. Y, Nelson, detecto una tendencia muy fuerte en ti, y dicha tendencia aparenta estar cargada de pulsiones de la libido, si me baso en tus palabras.
-Doctora, si bien, no la conozco, a la libido, pero si me la presenta, puedo llegar a ser un buen proctólogo, y quizás se me aceleren esas pulsaciones que usted dice y… como consecuencia… se me fortalezca mi tendencia de la que habla… aun mas todavía.
-No, Nelson, no estoy hablando ni de proctólogos, ni de una mujer, ni de pulsaciones, ni de… mira… a lo que me refiero, es a una posible tendencia que aparentemente, tienen tus palabras, inclinadas hacia temas sexuales… de las anteriores y de las que hacías referencias, a la cabecita y a la cabezota… ¿recuerdas?
-Ah, si, si, perdón Doc., a veces…, es que… a veces, me voy muy rápido… de… de tema, por supuesto. Soy una especie de lenguaraz precoz. Por algo estoy aquí, ¿no?
-Te entiendo Nelson, lo que expresas, son fundamentos instintivos y evolutivos, que a veces, no podemos controlar, y por ende, se nos va la mano en el trayecto ¿no es cierto?
-Concuerdo Doc, a mi se me fue la mano entre el trayecto, viniendo desde mi casa hasta aquí… es por ello que demoré, y llegué un poco tarde… es que… tuve que volver a mi casa, ducharme, cambiarme y retornar hacia aquí. Pienso que es hora de que debo aceptar los sucesos como el anterior, aunque, igualmente, estoy un poco mas tranquilo, y por supuesto… vine manejando, como debería haberlo hecho en el primer viaje, con las dos manos en el volante, y no con una en…
-No, Nelson… me refería a que… pufff… lo que quiero decir, es que es normal sentir el poder del sexo, lo cual es lo que nos hace lo que somos, porque sin lo sexual, no habría evolución, ¿comprendes?
-Exacto… entonces, me estás insinuando que, ¿quieres que ambos aportemos a la evolución? Al comienzo me dijiste Doc., de que me acomode en el sillón, y para mis adentros, yo me pregunté, ¿para que me habrá pedido eso? Y ahora tengo la respuesta, así que…, yo ya estoy cómodo, entonces… ¿usted viene arriba?
-¡No, Nelson!… ¡y continúas sin comprender! Lo que quiero decir, es que todos tenemos la esencia evolutiva del sexo, y es normal, hasta los simios Bonobos, se fundamentan en el sexo, y ello, ya no es sexo, como el del ser humano, sino que se denomina pansexualismo, y que en términos humanos, sería algo así como una gran orgía, de lo cual solo he leído ¡eh!, aclaro, por las dudas; pero estos simios, hacen el amor, entre comillas, con todo otro bonobo que se les cruce por el camino, y ese o esa que se le acerque, siempre aceptará tener sexo, y es por ello que nosotros, los seres humanos, que descendemos de los simios, tenemos una similar tendencia, y que vos has expresado en tus palabras, desde que te recostaste en este sillón. ¿Comprendes ahora Nelson?
-Si, por supuesto… por lo tanto, por transitividad, somos descendientes de los simios bonobús, y nunca le dicen que no al sexo, a ese pansexualismo, por lo que… yo ya me puse cómodo, ya te lo dije Doc., por lo tanto… ¿no tienes problemas en venir arriba, no?
-Son Bonobos y no Bonobús… y Nelson, ya no puedo mantener esta conversación, porque seguimos hablando de sexo sin intentar ver qué inconvenientes hay en esa cabecita.
-En la cabecita, por ahora no hay nada… estoy a la espera… ¿se sube?
-Pero Nelson, ¿por qué esa fijación con lo sexual?
-Usted lo dijo Doc., es simple evolución y pansexualismo… ¿Qué hay de malo en ello?
-Bueno… mmm… no, no hay nada de malo… pero, yo soy tu doctora, y tu vienes a psicoanalizarte, y no a tener relaciones sexuales… y conmigo, aparentemente.
-Tu lo has dicho Doc., vine a psicoanalizarme, y el fundamento de la psicología, es el sexo… ¿acaso, no estudiaste a Freud?
-Por supuesto que lo estudié, ¡y muy a fondo!
-Y bueno Doctora mía, entonces, ¿porque no me deja a mi también, ir hasta el fondo? ¿Recuerde que esta sesión es bidireccional eh?
-Si, pero, no… ahhh… lo que yo… pero… en definit… a mi también… no… o si… bueno… aclaremos los tantos… lo que yo quisier…
-Y, ¿Por qué, en lugar de aclarar los tantos, no tanteamos los claros, querida Doc., y le dejamos los tabúes para los religiosos? Y porque ellos deban tener su merecida abstinencia sexual contenida y/o reprimida por toda su eternidad, no quiere decir que los ateos, también la debamos tener ¿no?
-¿Y tu que sabes Nelson, si yo no soy una religiosa?
-Muy fácil Doc.,… no serías psicóloga.
-Ahhgrrr, Nelson, me estás haciendo calent… ejem… enojar ¡eh! Y yo no me acuest… y yo no ne acostumbro a enojar con mis aman… ¡con mis pacientes! Y el respeto mutuo es lo primero que siempre tengo a mano… ¡a mi alcance!
-Pues Doc., a esta cabecita… la llamo Respeto… y además, la tienes a mano, como has dicho… y es mas, a medio metro de distancia… y sigues sin psicoanalizarme, perdiéndonos en palabras y mas palabras, tal como sucede en este mundo de hoy… recuerda que no eres religiosa, eres atea, una mona Bonoba, y por ende… bueno… ya sabes… todo lo que me has explicado… pues, con gran sabiduría y experiencia… ¿que te detiene en hacer el trabajo completo, Doc?
-¡Nada!... Eh, por favor Nelson, lo que quería decir, es que nada de lo que digas hará cambiarme de parecer.
-¡Detectado un acto fallido! ¡Al fin un adelanto Doctorcita! Además, has dicho la palabra, “cambiarme”… otro indicio, de que quieres, ¡pero esos tabúes de mierda…! Pues hazlo entonces, ponte o sácate lo que gustes… ¡CAMBIATE!
-No, Nelson, no es lo que yo deseaba que mis labios te expresaran, sino que…
-¡Otro acto fallido! Pues, ¡que adelanto Doc.! Ya estás deseando, y además, has nombrado la palabra ¡“labios”!, y como sabes, tú tienes… seis… y yo, solamente dos. ¿Comenzamos por los dos, y luego por los cuatro, o bien, al revés? O podríamos comenzar con tus cuatro sobre mis dos, mientras tus dos, se enroscan alrededor de mí…
-¡Cállate Nelson!
-¿Qué te sucede Doc.?
-¡Te has propasado…! Digo, ¡te vienes pasando de listo, Nelson!
-No me vengo pasando de listo, Doc.,… sino que, estoy listo para venirme, desde el comienzo, y todavía no me psicoanalizas de la manera correcta… ¡Freud va a levantarse de su tumba y te va a poner un 2 en la asignatura, “Introducción a la Libido I”!
-La verdad Nelson, es que no sé que decirte… la primera vez que alguien… bueno… no es la primer… digamos… si… pero… casi estuve por… ahhh, ya olvídate.
-Tus palabras, Doc., para mi, son muy elocuentes, aunque parezcan un Stringulis Chingulis… me quieres psicoanalizar como debe ser, como dice Freud, pero el tabú no te lo permite, y ¡no eres religiosa!, pero, de seguro, algunos familiares cercanos, sí que lo son ¿no?
-Si Nelson, mis padres, son extremadamente religiosos, y me torturaron tanto, pero tanto, con la religión, que me volví atea, primero para hacerles la contra, pero, igualmente, esa contra, desde el punto de vista psicológico, es una especie de autoprotección de nuestra psique profunda, al momento en el que el inconsciente detecta que se encuentra bajo una amenaza constante, y por lo tanto, convierte el poder psíquico del dogma, en su Némesis.
-Me lo imaginaba. De seguro tus padres tuvieron sexo solo para procrearte a ti… y a tus hermanos, ahora que veo aquella fotografía.
-Si Nelson, son mis hermanos. Yo soy la del medio.
-No Doc., si en esa fotografía, estás a la derecha de los dos varones… ¿Cómo vas a ser la del medio?
-Lo que quise decir, es que soy el segundo de los tres hijos, soy la hija del medio, tengo un hermano mayor y uno menor, que yo.
-Uhh… pobre tu inconsciente colectivo entonces… me apiado de él, Doc.
-Muy fácil Doc.,… no serías psicóloga.
-Ahhgrrr, Nelson, me estás haciendo calent… ejem… enojar ¡eh! Y yo no me acuest… y yo no ne acostumbro a enojar con mis aman… ¡con mis pacientes! Y el respeto mutuo es lo primero que siempre tengo a mano… ¡a mi alcance!
-Pues Doc., a esta cabecita… la llamo Respeto… y además, la tienes a mano, como has dicho… y es mas, a medio metro de distancia… y sigues sin psicoanalizarme, perdiéndonos en palabras y mas palabras, tal como sucede en este mundo de hoy… recuerda que no eres religiosa, eres atea, una mona Bonoba, y por ende… bueno… ya sabes… todo lo que me has explicado… pues, con gran sabiduría y experiencia… ¿que te detiene en hacer el trabajo completo, Doc?
-¡Nada!... Eh, por favor Nelson, lo que quería decir, es que nada de lo que digas hará cambiarme de parecer.
-¡Detectado un acto fallido! ¡Al fin un adelanto Doctorcita! Además, has dicho la palabra, “cambiarme”… otro indicio, de que quieres, ¡pero esos tabúes de mierda…! Pues hazlo entonces, ponte o sácate lo que gustes… ¡CAMBIATE!
-No, Nelson, no es lo que yo deseaba que mis labios te expresaran, sino que…
-¡Otro acto fallido! Pues, ¡que adelanto Doc.! Ya estás deseando, y además, has nombrado la palabra ¡“labios”!, y como sabes, tú tienes… seis… y yo, solamente dos. ¿Comenzamos por los dos, y luego por los cuatro, o bien, al revés? O podríamos comenzar con tus cuatro sobre mis dos, mientras tus dos, se enroscan alrededor de mí…
-¡Cállate Nelson!
-¿Qué te sucede Doc.?
-¡Te has propasado…! Digo, ¡te vienes pasando de listo, Nelson!
-No me vengo pasando de listo, Doc.,… sino que, estoy listo para venirme, desde el comienzo, y todavía no me psicoanalizas de la manera correcta… ¡Freud va a levantarse de su tumba y te va a poner un 2 en la asignatura, “Introducción a la Libido I”!
-La verdad Nelson, es que no sé que decirte… la primera vez que alguien… bueno… no es la primer… digamos… si… pero… casi estuve por… ahhh, ya olvídate.
-Tus palabras, Doc., para mi, son muy elocuentes, aunque parezcan un Stringulis Chingulis… me quieres psicoanalizar como debe ser, como dice Freud, pero el tabú no te lo permite, y ¡no eres religiosa!, pero, de seguro, algunos familiares cercanos, sí que lo son ¿no?
-Si Nelson, mis padres, son extremadamente religiosos, y me torturaron tanto, pero tanto, con la religión, que me volví atea, primero para hacerles la contra, pero, igualmente, esa contra, desde el punto de vista psicológico, es una especie de autoprotección de nuestra psique profunda, al momento en el que el inconsciente detecta que se encuentra bajo una amenaza constante, y por lo tanto, convierte el poder psíquico del dogma, en su Némesis.
-Me lo imaginaba. De seguro tus padres tuvieron sexo solo para procrearte a ti… y a tus hermanos, ahora que veo aquella fotografía.
-Si Nelson, son mis hermanos. Yo soy la del medio.
-No Doc., si en esa fotografía, estás a la derecha de los dos varones… ¿Cómo vas a ser la del medio?
-Lo que quise decir, es que soy el segundo de los tres hijos, soy la hija del medio, tengo un hermano mayor y uno menor, que yo.
-Uhh… pobre tu inconsciente colectivo entonces… me apiado de él, Doc.
-Si bien intuyo hacia donde te diriges, ¿porque lo dices Nelson?
-Porque ahora entiendo Doctorcita, porqué te resistes a mis palabras… y tú lo sabes más que yo… porque tú inconsciente colectivo, está, digamos, programado, por tu padre y por tus dos hermanos varones, y si todos ellos son religiosos, tu Némesis que nombraste antes, debe ser bastante débil ¿no? Estoy hablando del Ánimus, Doc., de la Psicología Analítica de Carl Jung.
-Si, me di cuenta hacia a donde ibas con este tema Demi familia; si, mis hermanos también son religiosos, y el Ánimus, de seguro es muy fuerte en mí, pero, de todas maneras, he debido luchar contra ese poder, el cual, lo único que hace, es reprimir al ser humano, y he logrado, digámoslo así, ¡desgarrarme las vestiduras y llegar a ser libre!
-Pues eso mismo es a lo que deseo llegar, querida Doc, a que te desgarres las vestiduras, vengas conmigo, aquí al sillón cama, y ambos nos liberemos…, tú del Animus, y yo, del Ánima, ¿Qué te parece? Esta cabecita no piensa, solo actúa, pero esta cabezota si, y dirige a la pequeña, y te aseguro, que soy como un Director de Orquesta, con su Batuta en la mano derecha… con la diferencia de que esta batuta escu…
-¡No digas nada!… Nelson… no sigas… ya sé… y aunque yo pensaba que me había liberado del todo, te doy la razón, mi psique profunda debe liberarse del poder del dogma, del poder del Ánimus, y empoderar a mi Némesis, contra el dogma que mis parientes varones me transmitieron de manera inconsciente.
-¡Por supuesto! Deja que ellos se masturben en privado, y luego, que no acepten que lo hacen, después de rezar 100 padres nuestros, para expiar sus demonios de sus atormentadas mentes encarceladas por el dogma.
-¡Estoy de acuerdo Nelson!
-¡Entonces termina de empoderar a tu Némesis Doc.!
-Pero Nelson, ¡esta sesión… mira… pareciera que tu me has psicoanalizado a mi, en lugar de hacerlo yo contigo!
-¿Hacerlo conmigo? ¡Por supuesto otro maravilloso acto fallido! Yo diría Doc., que ambos, lo hicimos… y es mas, lo haremos… primero, nos psicoanalizamos juntos, y ese, justamente, fue el comienzo de lo que seguirá a continuación, y por ello, ambos nos merecemos algo.
-¿Qué nos merecemos Nelson?
-Ocupar los dos, este mismo sillón cama… yo ya estoy desde que vine… por lo que, ¿tú vienes arriba?
-Pues… a la mierda… ¡POR SUPUESTO!!!
Nelson J. Ressio.
Código de registro de propiedad intelectual: 1806017275719
-Porque ahora entiendo Doctorcita, porqué te resistes a mis palabras… y tú lo sabes más que yo… porque tú inconsciente colectivo, está, digamos, programado, por tu padre y por tus dos hermanos varones, y si todos ellos son religiosos, tu Némesis que nombraste antes, debe ser bastante débil ¿no? Estoy hablando del Ánimus, Doc., de la Psicología Analítica de Carl Jung.
-Si, me di cuenta hacia a donde ibas con este tema Demi familia; si, mis hermanos también son religiosos, y el Ánimus, de seguro es muy fuerte en mí, pero, de todas maneras, he debido luchar contra ese poder, el cual, lo único que hace, es reprimir al ser humano, y he logrado, digámoslo así, ¡desgarrarme las vestiduras y llegar a ser libre!
-Pues eso mismo es a lo que deseo llegar, querida Doc, a que te desgarres las vestiduras, vengas conmigo, aquí al sillón cama, y ambos nos liberemos…, tú del Animus, y yo, del Ánima, ¿Qué te parece? Esta cabecita no piensa, solo actúa, pero esta cabezota si, y dirige a la pequeña, y te aseguro, que soy como un Director de Orquesta, con su Batuta en la mano derecha… con la diferencia de que esta batuta escu…
-¡No digas nada!… Nelson… no sigas… ya sé… y aunque yo pensaba que me había liberado del todo, te doy la razón, mi psique profunda debe liberarse del poder del dogma, del poder del Ánimus, y empoderar a mi Némesis, contra el dogma que mis parientes varones me transmitieron de manera inconsciente.
-¡Por supuesto! Deja que ellos se masturben en privado, y luego, que no acepten que lo hacen, después de rezar 100 padres nuestros, para expiar sus demonios de sus atormentadas mentes encarceladas por el dogma.
-¡Estoy de acuerdo Nelson!
-¡Entonces termina de empoderar a tu Némesis Doc.!
-Pero Nelson, ¡esta sesión… mira… pareciera que tu me has psicoanalizado a mi, en lugar de hacerlo yo contigo!
-¿Hacerlo conmigo? ¡Por supuesto otro maravilloso acto fallido! Yo diría Doc., que ambos, lo hicimos… y es mas, lo haremos… primero, nos psicoanalizamos juntos, y ese, justamente, fue el comienzo de lo que seguirá a continuación, y por ello, ambos nos merecemos algo.
-¿Qué nos merecemos Nelson?
-Ocupar los dos, este mismo sillón cama… yo ya estoy desde que vine… por lo que, ¿tú vienes arriba?
-Pues… a la mierda… ¡POR SUPUESTO!!!
Nelson J. Ressio.
Código de registro de propiedad intelectual: 1806017275719
Fecha de registro: 01-jun-2018 17:50 UTC
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