Yo dudaría de tu duda que duda de mi duda;
Pero como tu duda no duda de la duda que duda de mi duda;
Yo no dudo de mi duda que duda de tu duda.
Dudo de que haya sido Rene Descartes el que escribió lo anterior, porque también dudo de que haya sido yo el que escribió estas líneas. Porque además dudo de que yo esté vivo, porque también dudo de que la vida exista, y como yo dudo de que la vida existe, por consiguiente dudo de que alguien o algo, hubiese llegado siquiera a construir un esbozo similar a este equipo con el que dudo de que yo escribiera estas dudas. Y como consecuencia, dudo también de que estas líneas se hayan publicado, y como efecto resultante, dudo de que alguien las esté leyendo mientras el lector, -si es que existe-, esgrima una dudosa y diminuta sonrisa en su boca, si es que la boca existe. Y como nuevo efecto, -del cual también dudo-, es lógico dudar de que alguien las esté leyendo, debido a que, mas arriba dudé de que la vida existiera, con lo cual, volvemos al principio, pero dudo de que estemos en el principio, porque también dudo de que existan los principios, por cuanto que, la mismísima palabra: "principio", es pasible de dudarse de su real significado, ya que ¿quién puede afirmar que la palabra "principio" signifique el comienzo de algo, sabiendo que debemos dudar también de los comienzos? Los comienzos son receptores de mis dudas, por lo que dudaré siempre de que hayamos vuelto al principio, con lo cual, como podemos darnos cuenta, creo yo, estamos unas cuantas líneas mas abajo, y aunque dudo de que estemos abajo, también dudo de que estemos en el principio, por lo que también dudo de que estemos en el medio, como evento resultante, dudo de que sea yo, quien esté pensando y pensando, para luego expresar de que estoy escribiendo estas líneas, porque, si dudo de mis pensamientos, también dudo de mi existencia, ya que, algunos dicen que Descartes dijo, "Pienso, y por lo que pienso, existo", pero, me hago la siguiente pregunta (y hasta dudo de este momento de introspección): ¿Si dudo de la existencia de la vida, entonces debo dudar de la existencia de Descartes, y como inmediata eventualidad consecuente, debo dudar de la existencia de aquellos que dijeron lo que Descartes supuestamente dijo alguna vez?: "Por supuesto que si", esa es la respuesta a la anterior duda, respuesta de la que también dudo, en referencia a las dudas iniciales, pero como los "inicios" o los "principios", son dudosos para mi, entonces mi respuesta a la pregunta anterior podría ser: "Por supuesto que no", y estaría yo entonces, en frente de, -o detrás, o a la derecha, o bien a la izquierda, o debajo o arriba, o, no se, ya estoy dudando-, pero igualmente una gran disyuntiva estaría frente a mi, y me encontraría en una gran dualidad de la cual no podría despegarme tan fácilmente, porque también dudo de dicha dualidad de respuestas a aquella pregunta, y si dudo de las tres vías de respuestas desprendidas de la pregunta, volvemos a lo mismo, porque automáticamente dudo de la frase de Descartes, y dudo de la vida misma, retornando al comienzo, como un cúmulo de Infinitos Retornos", como lo expresó Nietzsche, en relación al concepto de la Eterna Recurrencia, de los cuales, -autor e idea-, dudo también. Pero, como ya lo expresé, creo yo, los "comienzos" son receptores de mis dudas, porque, ¿quién se encuentra en la posición de expresar en qué momento algo comienza y en cual momento algo termina? "Nadie", porque la duda lo abraza todo, tal como un dudoso manto de completitud, por lo que, podríamos inferir que, si el manto es dudoso, no le es posible cubrir algo por completo, aunque tenga el nombre "completitud" bordado en una de sus esquinas, empero, ¿quién podría bordar un manto de "nada", si dudo de que la vida exista, y por lo tanto, dudo también de que alguien haya inventado las técnicas de bordado? Pues, me es dudosa también, la última pregunta, porque, ¿"Nadie puede decir cuando algo comienza y termina"?, es muy posible, pero también, la duda se cree que es una dualidad, por consiguiente, podemos pensar, sin no antes dudar de mis pensamientos, de que "todos pueden decir cuando algo comienza y termina", pero sería una verdad absoluta, y dudo de las verdades absolutas, porque, según algunos pensadores, que dudo de que hayan existido y de que lo hayan expresado en algún lugar del cual también dudo, "han dicho" de que "las verdades absolutas no existen", pero dicha frase, es en si misma una verdad absoluta, porque el expresar aquello, no deja opción para la duda, con lo que, ¿no podría yo dudar, entonces, de la veracidad de tal expresión?, pues tengo todo el derecho a dudar de que las verdades absolutas no existen, tal como dudar de mi duda respecto de que las verdades absolutas no existen. ¿Y si las verdades absolutas existieran? ¡Ah, ¿vieron?!!! Si la duda es la base de la sabiduría, y existe la posibilidad, -basado en mis dudas anteriores-, de que "las verdades absolutas sí existan", entonces, debería dudar de que la duda no pudiera llegar a ser la base de la sabiduría, y por ende, dudar de la sabiduría misma, sin llegar a negar o a afirmar nada, la sabiduría solo dependería de cuanto hayas vivido en el sufrimiento, y salido airoso múltiples veces, pero también dudo de lo anterior, porque, la sabiduría podría llegar a obtenerse mediante la cantidad y la calidad de la información que dejas ingresar en tu cerebro, aunque dudo de ello también, porque la sabiduría podría llegar a ser algo innato en ciertas personas e inexistente en otras, pero dudo de lo anterior por supuesto, porque, como dudo de la vida, como dije al comienzo, aunque dudo de los comienzos, como expresé mas abajo, podría decirse que la sabiduría existe por si sola, y solo está en algún lugar, disponible para asirse con ella, pero, dudo de que esté en algún lugar, ya que, si la sabiduría estuviese en algún determinado lugar, digamos, alcanzable para el ser humano, si es que el ser humano existe, también dudo del determinismo que da orden a las cosas, por lo que, el lugar en donde se encontraría la sabiduría podría ser cualquiera, indeterminado, si bien, también dudo del indeterminismo, porque existen leyes, seguramente, de las que todavía no le hemos descubierto sus propiedades constitutivas, y como consecuencia, debo dudar de dichas leyes, sin embargo, el indeterminismo, como contraparte del determinismo, algún día podría llegar a ser este último, o ya pudiera serlo, potencialmente hablando, pero, como es mi deber, dudo del determinismo tanto como de su opuesto, y como resultante, ¿solo queda creer en el caos? No, porque, también dudo del caos, aunque si no existiera el caos, tampoco habría entropía... bueno, es lógico, también debo dudar de la entropía, porque, como lo expresé al comienzo de este dudoso escrito, -creo yo-, teniendo en cuenta de que también dudo de que los comienzos existan, al menos la entropía me deja espacio, o no, para esperar algo de ella, algo que me indique que, las siguientes expresiones: "La duda es la base de la sabiduría", "Pienso y por lo que pienso, existo", etcétera; y dudo de que, mas arriba, yo haya mencionado una tercera expresión, creo yo; y lo que espero de la entropía, es su capacidad de discernir entre tanta duda y seleccionar una sola, pero, como dudo de que exista la entropía, ya no me queda mas remedio de que expresar de que nada de lo que aquí, creo yo, aparentemente esté escrito, posee valor intelectual alguno, como un mero efecto resultante de mi duda, en lo que a la existencia del intelecto me refiero, y como consecuencia, si no hay intelecto, este escrito no tendría razón de ser... ¿y si, realmente no tiene razón de ser?, por lo que, todo el tiempo que he utilizado para escribirlo, y el de ustedes para leerlo, ¿fue un tiempo perdido? ¿Mmmm?, no lo creo, o si, bueno, mi duda proviene de que dudo de que exista el tiempo, y si el tiempo no existe, tampoco la materia, porque la materia debe existir en un determinado tiempo y espacio, y por lo tanto, volvemos al "principio", que nada existe, ni siquiera el "principio" mismo, creo yo, porque dudo de la vida y de la muerte, de la existencia y de la inexistencia, de la bondad y de la maldad, de la inteligencia y de la "ininteligencia", de la conciencia y de los comportamientos automáticos y complejos, de la locura y de la cordura, de la amistad y de la enemistad, del amor y del odio, de la guerra y de la paz... si llegamos al punto tal de que el tiempo es dudoso de que exista, tampoco existimos nosotros como materia viva, por lo tanto, se comprobaría de que la vida tampoco existe, y por ende, tampoco existiría este escrito, respecto del cual nadie estaría leyéndolo.
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