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12/04/2016

La Iglesia Católica Apostólica y Romana, en un desesperado intento para retener clientes... perdón... fieles. La mentira continúa.


Yo me pregunto... ¿es tan relevante que el Papa Francisco exprese que, de ahora en mas, los separados y vueltos a casar, no serán excomulgados?

Como si, el estar excomulgados cambiara algo para las personas, como si, el estar comulgados fuera una fuerza benéfica, que antes llegaba solamente a los solteros, o casados por única vez, y ahora llegará también, a los separados y vueltos a casar...

¿Hasta donde llega la parafernalia dogmática del Vaticano, que por miedo de perder clientes... perdón... fieles, ahora tiene que incluir a los separados y vueltos a casar? ¡¡¡Claro, es que se le agregan unos millones de fieles mas!!!

El ser humano en general, está tan impregnado por el dogma nefasto de la Iglesia Católica Apostólica Romana, que he podido observar a muchos, expresando frases similares a estas: "¡que bien!, ¡que bueno que el Papa Francisco incluyó a los separados y vueltos a casar en la lista de los que continúan bajo los influjos benéficos de la comunión! ¡Que logro!"... y un montón de expresiones "alegres" al respecto... ¿¡Como vamos a mejorar como especie si seguimos dominados por cadenas!?

Como si, el estar, tanto en comunión, como en excomunión, con la Iglésia "Castrólica", "Apostadórica" y "Robana", nos hiciera mejor o peor personas... ¿que mundo loco no?

Desde mi punto de vista, importa un bledo el estar en comunión o en excomunión con una organización, que fue genocida por muchos años, protectora de pedófilos, y cómplice de haber impreso a la humanidad, un freno considerable en su evolución intelectual colectiva.

Pero, lo que sí, verdaderamente importa, es el estar en comunión con uno mismo, porque los únicos dioses que cualquier ser humano percibirá como reales, serán los dioses que están dentro de cada uno de nosotros, dentro de nuestra psique, y es con ellos, y no con dioses externos, con los que debemos estar en comunión, y no con el dios de un país religioso y monárquico, como lo es el del Vaticano.

Mientras no estemos en comunión con nosotros mismos, no estaremos en comunión con los demás, y la hipocresía continuará reinando, y por ende, haciendo que este mundo siga siendo una gran bola de excremento cósmico.

¡¡¡El peor ciego es el que no quiere ver!!!

Nelson J. Ressio

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