Como históricamente lo ha sido, nosotros, los Homo Sapiens Sapiens, fuimos, somos y seremos conquistadores, y el que tiene mas poder... pues, conquista de una manera u otra... pero nos estamos acercando al momento en el que el poder, lo tendrá toda la humanidad, y al mismo tiempo, seguiremos siendo conquistadores, pero ahora, con la mirada puesta en otros mundos, como ya se viene realizando desde hace muchos años, y estamos descubriendo otras Tierras, otros lugares a donde conquistar, porque el conquistar, se encuentra dentro de la esencia del ser humano, desde aquella madre mitocondrial, que nos hermanó a todos hace unos 250 mil años, momento en el que nos trasladábamos de un lugar a otro sin límites en nuestra voluntad colectiva, y que hoy en día, dicho comportamiento nómada, nos haya desperdigado por toda la faz de la Tierra, todo ello, fue debido a un constante deseo de conquistar, aunque esa conquista haya tenido consecuencias, fue, es y será inevitable, siempre hay consecuencias, porque el comportamiento humano está ligado a una pizca de caos dentro del Orden que debe imperar dentro de nuestra especie, y esa sed de conquista, haya partido desde Francia, desde España, desde Inglaterra, en fin, desde cualquier parte de este planeta, no es más que intentos naturales, evolutivos, selectivos, de ir más allá de donde nadie ha ido, por el hecho de tener más poder, y ¿porqué es así? ¿porqué el que tiene más poder siempre conquista y luego construye. ¿Siempre construye? Porque nuestra especie se comporta como un Demiurgo, es creadora y destructora a la vez, porque se encuentra en la esencia de la naturaleza humana, es antropológico, está en la psique colectiva, aunque la creación sea la que impere dentro nuestro, la destrucción por ahora es inevitable, hasta que, en algún momento, la humanidad toda, sea la que realmente posea el poder, la que tenga los recursos para seguir conquistando y construyendo, y esa humanidad del futuro, será la que conquiste otros planetas, en donde se verá con ojos humanos, la probabilidad hecha efectiva, de que se hayan encontrado otras civilizaciones diferentes a la nuestra, en otros planetas diferentes al nuestro, en otros sistemas solares distintos al nuestro, y dependiendo, -por desgracias o no-, del poder que tenga dicha civilización alienígena (para nosotros), fijará el destino de ella, como también el de la nuestra, y así sucesivamente, nuestra civilización no debe desaparecer, la naturaleza ha hecho mucho en este planeta, para ser lo que hoy somos, y ese hecho magistral debe perdurar por siempre, tanto en este, como en otros mundos (tal como hace siglos, debía perdurar en este (Francia, España, Inglaterra y otros países) y en otros lugares, (América receptora de aquellos), y a veces, esa sed de conquista y construcción posterior, tiene sus costos, a veces, para obtener más Luz, se necesita algo de oscuridad, a veces, Luz y oscuridad, indefectiblemente deben trabajar juntas, para que haya más Luz al final del camino, y el resultado sea la prosperidad de la raza humana por todo el Universo, porque es bueno, a veces, ubicarnos, como especie, o individualmente, un rato en la Sombra, porque ella nos conecta con nuestra esencia colectiva e individual, nos hace ver cosas que otros no pueden ver, ni verán sino aceptan la dualidad como filosofía de vida, el estar en una alternancia entre Luz y oscuridad, es lo que nos hace ser lo que somos (o deberíamos ser), pero el llegar a entender como transformar la oscuridad en Luz, como transformar, bajas pasiones en virtudes, como transformar, lo que proviene desde la inconsciencia en pensamientos conscientes, esto mismo, definitivamente, es lo que nos convierte en conquistadores y constructores, en Demiurgos, ya sea de nuestro propio Yo, como de manera colectiva, hacia otros países, o bien, hacia otros mundos... debemos pensarnos, creo yo, como una especie imperfecta, que ha hecho lo que ha hecho históricamente, por su propia naturaleza, por un tema eminentemente antropológico, con incontables defectos, pero siempre yendo hacia adelante, hacia nuevos horizontes, y lo seguirá haciendo, cueste lo que cueste, en pos de la preservación de nuestra especie, y en pos de la convivencia pacífica, con las otras especies inteligentes del Universo.
El ser humano ha sabido construir puentes de acercamiento entre partes, ya sean por sobre un arroyo, como por sobre un gran lago, o bien, puentes imaginarios, pero tan efectivos como los materiales, en aras de unir lo que se encuentra disperso, acercar lo que se encuentra a distancias casi imposibles de sortear, en definitiva, unificar, de una vez y para siempre, a toda la raza humana, separada por fronteras efímeras, dogmáticas, nacionalistas, y a estas alturas, oxidadas, en un solo país llamado Tierra, porque así lo fuimos, un cuarto de millón de años atrás.
Si no olvidamos nunca nuestro origen evolutivo, podremos entender mejor nuestro destino como civilización.
Nelson J. Ressio
Si no olvidamos nunca nuestro origen evolutivo, podremos entender mejor nuestro destino como civilización.
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