Desde mi punto de vista, sin una necesaria integración global, sin una adecuada participación en los mercados mundiales, en el que en un futuro será el único mercado mundial, sin todo esto y mucho mas, esta región que llamamos Argentina, quedará relegada a mas y mas sufrimientos hacia su habitantes, y expuestos ante un potencial peligro, el de que los gobernantes actuales, terminen por convertirse en dueños de una plutocracia de los corruptos, en lugar de una democracia de todos y para todos, escondiendo entre sus intenciones, una potencial regresión evolutiva; y ya lo estamos viendo, porque, el apoyar, de parte del gobierno actual, políticas tendientes a fortalecer los desvalores y a aplacar las virtudes, es apoyar a la reafirmación de dicha regresión.
Scioli, si gana, debe cortar con muchas cosas, como por ejemplo, con la creación imparable de organizaciones sociales, que actualmente están copando, no solo incontables puestos estratégicos del estado, sino que también, en un futuro cercano, mutarán a organizaciones oscurantistas y radicalizadas; también deberá terminar con los aparentemente eternos sistemas que permiten la corrupción y la fácil permeabilidad que tiene este país hacia las drogas y hacia los cárteles; deberá cortar además, con el nefasto estigma K y con todos los que, ideología mediante, lo defienden y que son los que han creado el "vamos por todo"; deberá cortar también, con toda relación hacia la Reina Cristina y su totalitarismo atroz; deberá entender cueste lo que le cueste, respecto del concepto de la Separación de Poderes, y del tráfico de influencias para detener causas judiciales, y que esto no sea cosa de todos los días; deberá observar muy de cerca, con lupa, el accionar de su "compañero de fórmula", Zannini, quien, desde mi punto de vista, es un gran peligro para los que vivimos en esta parte de este planeta; Zannini fue puesto allí, para ser el verdadero presidente, y Scioli para constituir la infame figura decorativa, para atraer votantes; también deberá hacer frente a la evidente disminución a la mitad, de las reservas del Banco Central, a una necesaria devaluación y a una innegable lucha futura con los reclamos que tendrá encima, respecto de recomposiciones salariales, debido a los efectos de la perdida de valor del peso; y también, con la deuda externa, con la integración mundial para obtener inversiones, y un gran etcétera.
La carga de responsabilidades que recaen sobre Scioli, si es que es el futuro presidente de Argentina, comparada con los demás candidatos, es enorme, monumental, porque no solamente será responsable de un país, sino que, además, de cortar, indefectiblemente, con el poderoso y complejo estigma K.
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