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09/07/2015

Esta imagen es totalmente reveladora. Solo hay que Mirar más allá... de lo evidente.


Antes de continuar leyendo, abramos nuestras mentes... ¡por favor!, porque, la pregunta que hace al título, es extremadamente amplia -como reveladora es la imagen que lo corona-, y como muchos sabemos, el mundo se encuentra dividido por innumerables factores, factores estos que fueron creados por la propia mente humana colectiva, entre los cuales se encuentran el football, (como único deporte divisor de masas, y no así, en tanto que deporte destinado al mejoramiento mental y físico del ser humano); las religiones extremadamente dogmáticas y que toman a una Revelación Divina como la única guía para las decisiones individuales y colectivas; y los partidos políticos basados en ideologías retrógradas y que ya no tienen más cabida en este Nuevo Mundo que se avecina.

El ser humano se encuentra absolutamente dividido por aquellos y otros factores más, dentro de un aparente estado de aletargamiento sin precedentes, totalmente independizados de la Verdadera Independencia, de esa Independencia que une lo disperso, que hace mirar a los que solo ven, que hace escuchar a los que solo oyen, esa Independencia por la que debemos festejar todos los días de nuestras vidas hasta la desaparición corporal. Y, ¿a que Independencia me refiero? Pues, a la Independencia que nos convierte en Hermanos con todos los habitantes de este planeta Tierra y con todo otro ser vivo de todas las especies, y a la Independencia que nos da el deshacernos de todas las cadenas antedichas; deportivas, religiosas y políticas, todas ellas, en tanto que extremos dogmas opresores de mentes desprotegidas intelectualmente; y en el deshacernos de otra cadena más, la principal, la que nos aleja entre Hermanos, de la verdadera Independencia, y que es la que nos divide a nivel planetario: las fronteras nacionales.

El ser humano, desde tiempos inmemoriales, ha evolucionado sin fronteras nacionales, yendo y viniendo, de aquí para allá, tal cual por donde le indicaba la intuición y la razón, para el bienestar colectivo y el propio. Miles de individuos siendo "uno con el entorno", "uno con el planeta Tierra", "uno con el Universo", sin divisiones virtuales fronterizas que los separaran unos de otros. Únicamente, las divisiones geográficas se interponían entre un grupo y otro de seres humanos.

Llegado un cierto momento, el Hombre comenzó a dividirse, justo cuando comenzó el concepto de propiedad, sea esta propiedad un par de cubiertos, una casa, un castillo, un pueblo, una ciudad... un país; a medida de que se comenzaba a comprender el valor material de las posesiones, el ser humano fue creando divisiones, primero en el mundo de las ideas, y luego en el mundo de las apariencias, divisiones que, a partir de allí, se han transformado en un dogma inamovible, porque, el hecho de pensar en dividir para triunfar, era pensar en crear una división para proteger, desde aquellos cubiertos, hasta crear una gigantesca muralla para proteger a un gran país. Dividir, desde tiempos inmemoriales, y hasta estos días, es sinónimo de protección de lo que se posee. Dividir era, y es, al mismo tiempo, triunfar y proteger. Pero el dividir para triunfar se ha degradado hoy en día, hasta tal punto de imprimir una potencial regresión evolutiva sobre toda la especie humana, a través de aquellos inventos, antes mencionados, como el football, las religiones y las ideologías políticas, todos estos, divisores por naturaleza, porque conllevan en sus entrañas informales (y no así en sus normativas), las bases para la división del ser humano.

Con el hecho de dividir, el ser humano lograba triunfar y proteger sus posesiones, creando un verdadero dogma en la psique de toda la especie humana, dogma que nos dice que, dividir es bueno, y que si nos separamos dentro de la misma especie, por medio de divisiones virtuales, denominadas límites, o fronteras nacionales, es una gran manera de triunfar ante todo lo demás y de proteger todo lo que pudimos conseguir como un grupo -entre tantos- que subyace dentro del concepto de nación.

La verdadera independencia, proviene de comprender nuestro lugar individual en el mundo, y que los procesos independentistas forjados por los padres fundadores de cada país, fueron solo, grandes y necesarios pasos tendientes hacia la última gran fase independentista que verá el Hombre... la de la independencia de las fronteras nacionales que nos separan como si fuésemos diferentes planetas dentro de uno solo... algo descabellado para el siglo en que vivimos. Somos una sola nación... la Tierra... y nuestro límite... es que no tenemos límites, ni mentales ni geo-físicos, por ello es que somos Homo Sapiens Sapiens, y no llegamos a esto, para hundirnos en nacionalismos retrógrados y anti-evolutivos.

El ser humano se siente satisfecho por las divisiones que ha conseguido, porque el dogma que dice "divide y vencerás", está fijado con fuego en la mente colectiva. Pero, como sabemos, todo dogma requiere de un gran esfuerzo de parte de la psique colectiva e individual, para que pueda ser reemplazado por una gran idea de Unión. ¿Y como lo hacemos? Lo hacemos comenzando a pensar en la especie humana como un todo indivisible, porque unidos llegaremos 
más allá que nuestra propia imaginación, llegaremos a aquella verdadera Independencia.

Pensemos a este planeta, sin fronteras nacionales, sin divisiones que nos transformen en bandos u opositores entre nosotros mismos, porque no deben existir los bandos, debido a sus inherentes y evidentes características divisoras, y tampoco debe existir la oposición, por la misma razón.

El bando debe ser uno solo, conteniendo dentro a toda la humanidad, a todos los seres humanos, bajo una misma Independencia, y que es, la verdadera Independencia, la de las divisiones que nos separan y que nos generan odios de todo tipo.

Cuando seamos libres de todo lo que nos divide como especie, de todo lo que nos hace enfrentar, de todo lo que nos hace tener odios de todo tipo, de todo lo que nos hace asesinar a otros por reivindicar preceptos dogmáticos de las organizaciones mencionadas anteriormente, justo allí, ocurrirá la verdadera Independencia, porque seremos independientes, pero no de una facción de nuestra propia especie, sino de lo que potencialmente se ha transformado en una amenaza de destrucción para la raza humana, y que son algunas de nuestras propias creaciones eminentemente divisoras.

Seamos independientes de nuestro lado oscuro.

Debemos Independizarnos de todo lo que nos empuja hacia la oscuridad. La Verdadera Luz es Independencia. Una conciencia elevada es Independencia. La Unión es Independencia. La Libertad es Independencia. El ser virtuosos es Independencia. El tener la idea de que somos una especie -junto a muchas otras- que flotamos sobre esta roca en un inmenso espacio que no está vacío, y que así como la Tierra no es el centro del Sistema Solar tampoco el Homo Sapiens Sapiens es el centro del Universo... incluso eso... es Independencia.

Nelson J. Ressio



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