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12/06/2015

El misterio del Arca de la Alianza. ¿Representa al pacto que tuvo Dios con el pueblo de Israel? ¿Existe hoy en día? ¿Cuál es su verdadero origen y su ubicación actual?


No hay cofre que no se pueda abrir ni secreto que no se pueda develar. Aunque, -a modo de excepción a la regla antes mencionada-, existe un cofre que, hasta el día de hoy, y luego de varios milenios, aún sigue siendo, no solo un cofre cerrado, construido para proteger ciertos secretos -o revelaciones- universales, sino que también, dicho cofre, se constituye como un gran enigma sin resolver, y que, a través de los años, su resolución todavía no ha aparecido.

Me refiero aquí, al Arca de la Alianza, un cofre sagrado, revestido en oro, ubicado en el lugar santísimo del Tabernáculo, y que más tarde se colocó en el templo construido por Salomón. dicho cofre se construyó por mandato de YAHVEH y según su propio diseño, siendo este último, solo el arquitecto del cofre, mas no así, su constructor.

Según se describe en el libro denominado Éxodo, en la Biblia, este contenedor muy particular de madera de acacia y revestido en oro puro, guardaba las tablas de la ley: aquellas tablas de piedra que, sobre las cuales, yacen inscritos en relieve, los diez mandamientos que Dios enseñó a Moisés sobre el Monte Sinaí.

Este enigmático cofre de madera de acacia y oro, muy conocido como el Arca de la Alianza, también tuvo muchos otros nombres como, “el Arca del testimonio” (Éxo 25:22), el Arca del convenio o Arca del Pacto y también como Arca de YAHVEH.

En el Antiguo Testamento de la Biblia, específicamente en el Éxodo…
Éxo 25:1. Jehová habló a Moisés, diciendo:
Éxo 25:2. Dí a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda.
Éxo 25:3. Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre,
Éxo 25:4. Azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,
Éxo 25:5. Pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia,
Éxo 25:6. Aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,
Éxo 25:7. Piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
Éxo 25:8. Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
Éxo 25:9. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del Tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.
Éxo 25:10. Harán también un Arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
Éxo 25:11. Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.
Éxo 25:12. Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado.
Éxo 25:13. Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro.
Éxo 25:14. Y meterás las varas por los anillos a los lados del Arca, para llevar el Arca con ellas.
Éxo 25:15. Las varas quedarán en los anillos del Arca; no se quitarán de ella.
Éxo 25:16. Y pondrás en el Arca el testimonio que yo te daré.
Éxo 25:17. Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.
Éxo 25:18. Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio.
Éxo 25:19. Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.
Éxo 25:20. Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.
Éxo 25:21. Y pondrás el propiciatorio encima del Arca, y en el Arca pondrás el testimonio que yo te daré.
Éxo 25:22. Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el Arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.
Éxo 25:23. Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.
Éxo 25:24. Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.
Éxo 25:25. le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor.
Éxo 25:26. Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas.
Éxo 25:27. Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para llevar la mesa.
Éxo 25:28. Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa.
Éxo 25:29. Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los harás.
Éxo 25:30. Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente.
Éxo 25:31. Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo.
Éxo 25:32. Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado.
Éxo 25:33. Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero;
Éxo 25:34. Y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores.
Éxo 25:35. Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero.
Éxo 25:36. Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro.
Éxo 25:37. Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante.
Éxo 25:38. También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.
Éxo 25:39. De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.
Éxo 25:40. Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
Entonces, de esta manera fue, que el Dios Yahveh, como arquitecto, entregó el diseño del Arca de la Alianza a moisés, su constructor, junto con Bezalel y otros hombres de corazón sabio.

Un año después del evento llamado: Éxodo, finalizado y erigido el Tabernáculo, Moisés colocó en el interior del Arca de la Alianza, las dos tablas de la ley, es decir, los 10 mandamientos. Posteriormente, Moisés introdujo los varales por los anillos del Arca, le colocó la cubierta y la llevó al Tabernáculo.

Recordemos que, el Tabernáculo, que en hebreo se lo llama Mishkán, y que significa “morada”, se constituyó como un santuario móvil utilizado por los Israelitas según los dictámenes arquitectónicos que Dios ordenó a Moisés, cuando éste estuvo en el monte Sinaí. El Tabernáculo fue una especie de tienda de encuentros y un santuario dedicado al Dios Yahvéh, siendo este, el primer ejemplo del uso de espacios santificados en la cultura hebrea, incluyendo el simbolismo judío dentro de una liturgia de características monoteísta. También, al Tabernáculo, se lo ha denominado como el "santuario terrenal" y, de acuerdo a una elucidación cristiana, se le atribuye una semejanza con el denominado "santuario celestial" descrito en la Biblia cristiana.

Por lo tanto, Moisés, en el Tabernáculo, dividió el Santo del Santísimo, y luego, ungió con aceite, tanto el Arca de la Alianza, como así también, a todos sus utensilios de oro. y a modo de protección para el pueblo, o bien, para el Arca de la Alianza, al ser transportada se utilizaba una tela de color azul, para cubrirla, con el fin de que el pueblo no la mirase, porque el que osaba mirarla, moría al instante. posiblemente, mas allá de lo descrito, el echo de que la persona que la mirara, conseguía nada mas que la muerte inmediata, no haya sido otra cosa que una manera de proteger al Arca, logrando con esto, que nadie se le acercara, aprovechándose del erróneo sentido supersticioso que reinaba en la mayoría de las mentes de aquel entonces.


Cuando me refería a la separación del lugar Santo, del lugar Santísimo, me refería a el denominado “sanctasanctórum”, que en Latín significa "Santo de los Santos", es decir, un lugar extremadamente consagrado, el santuario interior, el lugar más privado del Tabernáculo, y que luego, fue lo que describiría al lugar santo más reservado y hermético del templo de Salomón, lugar en donde se mantenía el Arca de la Alianza en custodia y que solamente el sumo sacerdote de Israel podía ingresar, y solamente lo hacía una vez al año, en el día de la expiación, o fiesta de Yum Kipur, para pedir perdón por los pecados del pueblo.

El Arca de la Alianza contenía –o bien, contiene-, las tablas de la ley; una olla de maná, que era el pan enviado por Dios a los Israelitas todos los días durante los cuarenta años que estuvieron deambulando por el desierto; y la vara de Aarón. La vara de Aarón era la vara que llevaba el hermano de Moisés, Aarón, según el Antiguo Testamento, y que estaba dotada de poderes capaces de hacer milagros.

El Arca de la Alianza no vuelve a ser mencionada en ningún lugar, dentro de los textos canónicos, es decir, dentro de los libros bíblicos avalados por la iglesia. El Arca del Pacto, o, de la alianza, solo es mencionada en los llamados “evangelios apócrifos”, es decir, en aquellas escrituras que no fueron incluidas en la Biblia aceptada por la iglesia, y que todos conocemos. Desde el punto de vista de la Iglesia Católica, los evangelios “apócrifos” no significan revelación divina alguna, teniendo en cuenta que no existen diferencias substanciales en el estilo de escritura, cuando son comparados con los textos “aceptados” como revelación de Dios. Y respecto de esos textos apócrifos, uno que podría haberse incluido en la Biblia, es el libro segundo de los Macabeos, el cual expresa lo siguiente: 
“Así decía también el mismo libro, que por orden del señor les intimó el profeta a llevar el Tabernáculo del testimonio y el Arca. Así pues, cuando llegaron al monte adonde había subido Moisés [Sinaí], y visto que hubo la tierra de promisión, halló Jeremías una cueva; en ella guardó el Tabernáculo y el Arca y el Altar de los Holocaustos, cubriendo luego la entrada. Más algunos de los que le acompañaban quisieron poner marcas en la entrada y dejar señas ante ella, pero ya no supieron hallarla. Súpolo jeremías y los reprendió diciéndoles: este lugar no debe ser conocido ni hallado por ningún hombre, hasta que el señor haya reunido de nuevo a su pueblo y le mire de nuevo con benevolencia”.
Pero existe otro lugar en el que el Arca de la Alianza es mencionada, en el Kebra Nagast, el Libro de la Gloria de los Reyes de Etiopía, el cual se constituye como una crónica histórica de los reyes de Etiopía, y que su ascendencia genealógica llega hasta Menelik I, quien fue, nada mas y nada menos que, el hijo del Rey Salomón y de la Reina de Saba, y contiene además, una serie de ritos respecto de la monarquía etíope.

Se cree que, Menelik I, llevó el Arca de la Alianza a Etiopía luego de visitar –y conocer- a su padre, el Rey Salomón, en Israel. Posteriormente, según ciertas teorías, Salomón ofreció a su hijo Menelik, ser su sucesor, pero este se negó rotundamente. Pero sí, logró regresar a Etiopía llevándose consigo a personas muy sabias, entre intelectuales y sacerdotes de la corte del Rey Salomón, con lo cual, Menelik deseaba obtener similares logros a los de su padre Salomón, pero en su propio país, Etiopía. Salomón accedió, y le hizo confeccionar una copia exacta del Arca de la Alianza, para que pudiera llevársela con él a su país. Pero, de incógnito, Menelik pudo reemplazar la copia por la real, y la traslado de incógnito a la capital, Axum, lugar en donde, según algunas opiniones, aún perdura, dentro de la iglesia de Santa María de Sion.

Isaac, el que fuera el editor y el traductor del Kebra Nagast, junto con sus coterráneos, no se extrañaron por el hecho de que la Reina de Saba se entregara a Salomón, debido a que, creían fervientemente, que el rey dueño de un templo majestuoso como enigmático, era de origen divino. Por otra parte, él Rey Salomón era el guardián del "Sión Celestial, es decir, del Tabernáculo de la ley de Dios", donde logró alcanzar la renovación constante de su esencia divina, además del poder y de la autoridad que se le fueron dados por el dios YAHVEH.

El Tabernáculo de la Ley, tenía mucho en común con las Arcas o Tabernáculos divinos de los Babilonios y de los Egipcios, que conformaban, mas allá de las particularidades de cada una, la residencia divina de las figuras de sus dioses o bien, de sus emblemas, esa simbología exquisita que los diferenciaban entre cada civilización.

Por lo tanto, queridos exploradores, mas allá de todo lo dicho aquí, el paradero del enigmático Arca de la Alianza, o Arca del Pacto del Dios Yahveh con el pueblo de Israel, continúa hasta estos días, siendo un imponderable enigma, para la mayoría de las personas de este planeta… mas no así… creo yo… para unos pocos, ya que, debemos recordar, que el Arca era solo vista por el sacerdote, por un maestro, y una sola vez al año, por lo que, es bastante lógico el especular lo siguiente: ¿por qué este ritual milenario con respecto al Arca, debería de cambiar en el siglo XXI? desde mi punto de vista, el Arca existe, y al mismo tiempo sigue siendo vista por una misma persona al año, persona que ha recibido desde generaciones pasadas, los conocimientos para conservar, fuera de la vista del pueblo, a las tablas talladas por dios, en las que inscribió los 10 mandamientos, que, tanto Judios como Cristianos, basan sus creencias hasta hoy en día. ¿Por qué entonces, el ritual debería cambiar, por un capricho de querer, de alguna manera, pasar por encima de una Decisión Divina?, llamémosle Dios, llamémosle, estado apoteótico del Hombre, llamémosle… Extraterrestres, como tanto lo afirman los teóricos de los “astronautas alienígenas”. Por lo tanto, al Arca de la Alianza no se la encuentra, porque así debe ser, si nos atenemos a las Exigencias Divinas de aquel entonces. El Ritual alrededor del Arca del Pacto, impide que la mayor parte de la población mundial pueda tener acceso a ella, mas no así, para el único sacerdote destinado para ello. Es como la idea de Dios… para la mayoría… es incognoscible.



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