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El Discípulo del Mal. Estrofas para los que caminan por esta Tierra portando infames máscaras de desvalores.
El Discípulo del Mal.
¡Hey tu! ¡Pon atención!
Voraz y maligno discípulo
de la diosa corrupción,
¿Sigue todavía tu intención
pululando por esta nación,
sabiendo que la desazón
de tu maldita inspiración
retornará como un arpón
a tu propio corazón?
¿Quien te crees que sos?,
¡hey tu!, infame servidor
de tu propio impíador.
¿Cómo no te das cuenta
de que, la diosa corrupción
también ella, se encuentra
por encima de tu mansión?
Pues, no olvides una cosa,
y es que, ella te aplastará
ante la mínima percepción
de tu propio, corrupto,
oculto y débil resbalón.
Si, ¡a ti te lo digo!
Falaz de cuello blanco,
mentor de cultos divinos.
Si, ¡a ti te menciono!
Voraz y bribón traficante
de tributos ajenos.
Si, ¡es a ti, “el predilecto”!,
¡te señalo! con el índice
limpio, muy firme y recto!
Soez usurpador y creador
de tanto falso dialecto.
¡A ti... te señalo a ti,
Receptor de mi dura mirada!
¡¡¡Mirame!!!, sin tus desvelos,
Monstruoso y corpulento
dueño de los dueños.
¡A ti!... al que estás allí,
es que, ¿como todavía
no te das por aludido?,
allí estás y te escucho...
esgrimiendo un alarido,
tu, que en todo recorrido
perviertes a cada muerto...
¡Hey tu! ¡Pon atención!
Maligno, voraz discípulo
de la diosa corrupción,
¿Sigue todavía tu intención
pululando por esta nación,
sabiendo que la desazón
de tu maldita inspiración
retornará como un arpón
a tu propio corazón?
¿Porqué tu impertinencia
para que el Ser desaparezca?,
no sea que, ¡si ves a la Mónada,
te excite y te incómoda!
¿No te has dado cuenta,
que con tanto desparramar
de tu propio desconfiar,
alientas a tu diosa de maldad?,
aunque, eso es ¡genial!,
porque, ¡el miedo es letal!,
inescrupuloso impulsor
de la vil mediocridad,
de la involución del ser,
¡de la virtud y la bondad!.
Por eso, tenlo asegurado,
cuando te veas aplastado
por tu divina majestad,
con pudrición y maldad,
aquellos que te auxiliarán,
serán, los que mandaste
a corromper, a fanatizar,
a abusar, y su Unidad asesinar,
pues, los que aún cargamos
con la enérgica coraza anti-tu,
si, recia coraza ¡¡¡anti-tu!!!...
¡Vil y servil depredador
de la humana honestidad!,
ahora, nos queda esperar
hasta que te puedas evaporar,
entre tu propia ingratitud
y tu elocuente indignidad.
Es que, ¿no te das por aludido?,
cuando tu desaparezcas,
mentor, dueño, acaparador,
creador de ídolos e impulsor,
de la mediocridad en el interior
¿pues, no notaste todavía,
que huirá con ello, también...
tu tan, alabada heroína?
¡Hey tu! ¡Pon atención!
Maligno, voraz discípulo
de la diosa corrupción,
¿Sigue todavía tu intención
pululando por esta nación,
sabiendo que la desazón
de tu maldita inspiración
retornará como un arpón
a tu propio corazón?
Copyright @ 2015 by Nelson Ressio.
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