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03/05/2015

Cuando algunos se valen de antídotos (textuales) y de mensajeros (serviles) debido a su incapacidad para enfrentar sus propios problemas y el de los demás.


El tema aquí, es que, cuando alguien menciona la palabra antídoto, no hace más que revelar su incapacidad de resolver sus propios errores por sus propios medios, porque al emitir la palabra antídoto, esta revelando su innata incapacidad para enfrentar a los eventos inesperados y fuera de lo "normal", y además también, cuando nombra la palabra antídoto, se pone en evidencia ante los demás, de qué tan dependiente se encuentra ante cierta ayuda externa, debido a su propia incapacidad de enfrentar situaciones diversas.

El decir antídoto, es como decir, no tengo las suficientes par de "células macroscópicas" para enfrentarme a una situación o a una persona, mirándola directamente a la cara, a los ojos, y llegar hasta tal punto de pequeñez celular macroscópico, de tener que valerse de terceros para transmitir mensajes. Ni el que usa la palabra antídoto, ni ese tercero, tienen las "células macroscópicas" suficientes para enfrentar una realidad que no se esperaban. Una de las cualidades del buen "maestro" es ir directamente al meollo del problema y solucionarlo, sin intermediarios mediocres, porque el acto en si mismo, el emisor del mensaje, mas el mensajero, denotan una mediocridad a todas luces, mediocridad que los mantiene aprisionados en una cárcel de mentiras y de deshonestidades.

A ver, ¿quien se atreve, de esos dos mediocres, a enfrentar el problema cara a cara, mirando directamente a los ojos al que no es mediocre, a ese afectado por esa deshonestidad acarreada por años de fanatismos y de semidioses Siniestros?

La espera siempre es larga y desinteresada de parte del que no es mediocre, la espera es paciente, es cómoda, y siempre por donde va, mira directamente a los ojos a todas las personas, porque el que tiene la mirada esquiva, es el que esconde, el que no puede mostrar sus jugarretas y sus errores, porque provienen del lado siniestro.

Dijo alguien por ahí, maldita la hora en que un mediocre se mete con un no mediocre, y digo maldita, porque es una maldición para el mediocre; y más maldita será para él, si el no mediocre tiene las "células macroscópicas" suficientes como para acudir a quien sea que haya que acudir, para que el mediocre pague -de principio a fin- su deshonestidad y su triple intento de "lavado" de pertenencias ajenas.

Todos saben, el Rey lo sabe, el peón lo sabe, el alfil también, y la Reina... ni hablar... también lo sabe... el tablero fue dispuesto de tal manera, que el jaque mate a los mediocres es inevitable. Y allí se verán frente a frente con verdades que no quieren aceptar, pero ya será muy tarde para tomarse un antídoto.




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