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13/03/2015

Una madre sin fronteras no querría que sus hijos estuviesen divididos. Hacia una Gran Nación de Hermanos. Un buen momento para que este planeta pueda despojarse de todos los males que nos retrasan.


Si somos hijos de una misma madre mitocondrial, llamada Lucy por los científicos, que vivió en aquel mundo sin fronteras de hace un cuarto de millón de años atrás, ¿porque hoy en día este bendito mundo debe estar dividido en naciones? Las fronteras nacionales, así como todo lo que es causante de extremismos, siempre conducen a la desunión, a la separación, y por ende, a las guerras. Pensemos, de a poco, ¿como sería nuestro mundo, en donde, el mundo mismo, fuera una sola nación?, y que cada otro mundo, de otros sistemas solares, y con vida inteligente en este universo, fueran, cada uno de ellos, otras naciones, y que, junto a la nuestra, poblarían por doquier el universo?

Imagínense que, al no haber fronteras nacionales, al entender que, si este mundo fuera una sola nación; cada uno de los tejes y manejes políticos que se traman hoy en día en cada país; cada lugar -de cualquier nivel social, político, económico y religioso- en donde se cuecen habas y tretas de todo tipo, para engañar, mentir y sobornar a personas desprotegidas intelectual y moralmente; cada atisbo de corrupción y oscurantismo que intente frenar la evolución de la raza humana que lucha por ir en dirección hacia la abundancia para todos, y no hacia la escasez para muchos, aquella abundancia de virtudes por sobre la escasez de los vicios; cada déspota, genocida, psicópata, que logra tomar las riendas del poder de un país y hacer temblar de miedo a todo su pueblo, y hasta llegar a matanzas internas... en definitiva, cada acción de seres humanos indeseables, que actúan en contra de la raza humana de este planeta, al desaparecer las fronteras nacionales que nos separan, y al existir un solo mando mundial, en lo político, en lo económico, en lo civil, en lo militar y en lo religioso, todo ser humano que intente ir en contra de otros seres humanos, transgrediendo la Ley Universal de los Hombres, en contra de la humanidad toda, ¿no les parece que pensarían dos veces antes de intentar alguna jugarreta involutiva para la humanidad? ¿No les parece que se terminaría todo por cuanto cada uno de nosotros -desde nuestro lugar en el mundo- reclamamos que se termine? ¿No les parece que, al trabajar todas las fuerzas militares, a nivel mundial, y en conjunto con la justicia, podríamos estar en la antesala del final de muchos de los problemas que aquejan a la raza humana?

Esto lo pienso en voz alta, recordando que todos somos hermanos... porque somos hijos de una misma madre... y porque esa madre vivió en un mundo... sin fronteras.


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