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20/11/2014

La Ecuación de Drake y la Señal Extraterrestre 6EQUJ5. ¿Una ecuación y un mensaje de otros mundos?


Estimados lectores, les presento a la enigmática ecuación de Drake -ecuación que se la puede colocar en una estrecha relación con la conocida señal denominada Wow, que mostró valores de registro de onda representados por los caracteres 6EQUJ5 y que captó, en el año 1977 el radiotelescopio Big Ear ubicado en Ohio, EE.UU.-.

Por lo pronto, aquella igualdad matemática, que lleva el nombre de su creador, Frank Drake, y que revela algo realmente impresionante, algo que muchas personas, entre las que me incluyo, que esperan con ansias el saber qué ha hecho la creación con todo lo demás que hay en el universo y que no seamos nosotros, los humanos.

En este caso, la mencionada ecuación de Drake si bien se aplica solo a nuestra galaxia, la Via Láctea, está demás decir que dicho cálculo probabilístico también se aplicaría a cualquier otra galaxia, y obteniendo números similares a los que se obtienen al calcular el valor de "n" sobre nuestra galaxia. Pero, ¿de que estoy hablando? ¿Que es ese valor "n" que nombré recién?, valor que sería el contenedor de un resultado alentador para algunos e indiferente para otros, pero que nos dice, precisamente, que no estamos solos en el universo... así es exploradores, la mencionada ecuación de Drake, y que pasaré a detallar seguidamente, nos revela cuantas civilizaciones inteligentes y con capacidad técnica avanzada, diferentes a nuestra civilización, contendría nuestra galaxia, la Vía Láctea.

En primer lugar, el gran avance tecnológico que ostenta nuestra civilización, es digno de muchos aplausos, y con más ímpetu todavía, si esos avances son aplicables para el bien de la humanidad, como así también, para intentar comprender de donde venimos, y hacia donde nos dirigimos, en esta nave sideral que es nuestra galaxia, galaxia que viaja por el viscoso, y no vacío espacio-tiempo, en dirección hacia una eventual y lejana colisión con nuestra vecina galaxia de Andrómeda... pero no se preocupen, esto sucederá dentro de millones y millones de años, tiempo de sobra que tenemos los humanos, de ser los nuevos colonizadores del universo... o mas bien, -para cambiar esa frase-, de ser una especie mas que ha logrado ir mas allá de su propia galaxia.

Pero, volviendo al presente, o más bien, a este dinámico y relativo fluir del tiempo, debido a que, el presente -en tanto que algo estático- no existe; y que el futuro, es un presente en constante cambio, del que todavía no somos partícipes; y que el pasado es un presente que reside solo en nuestras mentes... es el regalo que recibimos de parte de nuestra experiencia, y por ello se lo llama... presente.

Entonces... volviendo a este constante transitar mental por los sucesos de la vida, es  importante hacer una breve explicación respecto de la manera en que la astronomía utiliza sus radiotelescopios para escudriñar nuestro patio trasero galáctico, como así también, a todo objeto en el universo que sea radialmente emisor en todo el rango del espectro electromagnético, consiguiendo con esto, determinar que tipo de objeto es, sus propiedades físicas y químicas y hasta en que etapa evolutiva se encuentra dicho objeto, como por ejemplo, un determinado planeta extrasolar, es decir, un planeta que se encuentre orbitando otro sol que no sea el nuestro.

Mientras los telescopios ópticos detectan solamente una delgada franja del espectro electromagnético, el que representa a la luz visible, son los radiotelescopios los encargados de mostrarnos lo que no podemos ver con nuestros ojos, y que se encuentra en el resto del espectro, y que se traducen en el espectro de las radiofrecuencias que emiten la mayoría de los cuerpos celestes.

Son éstos últimos telescopios, los que nos muestran el universo tal cual es, al menos, respecto de la tecnología de hoy en día, y que además nos ha mostrado las mismísimas huellas del Big Bang...

Es así exploradores, los radiotelescopios nos muestran hoy en día, los propios ecos de aquella explosión inicial que dio origen a nuestro finito universo, y que son las radiaciones de fondo cósmicas, y como para que se entienda qué son estos ecos de la creación, son ondas electromagnéticas que impregnan todo el universo como si fuera una onda expansiva de una bomba terrestre, o las ondas que hace el agua en su superficie, cuando le arrojamos una piedra.

Pues bien... hoy en día, podemos ver gran parte de nuestro universo gracias a los mencionados radiotelescopios.

Y estos radiotelescopios son los que captan todo el rango de radiación electromagnética de la naturaleza estelar, pero, ¿que sucedería, si un radiotelescopio captara una radiofrecuencia que, por su naturaleza constitutiva, no se corresponde con una generada por la naturaleza, -valga la redundancia-, es decir, por una supernova por ejemplo? ¿Qué pasaría con nuestra sociedad, con la conciencia colectiva, si nos enteramos que una emisión de radiofrecuencias con características inteligentes está siendo captada por nuestros actuales e innumerables radiotelescopios emplazados en muchos países del mundo?

Justamente esto ya ha sucedido una vez, con la ultra conocida señal "Wow" que captó el radiotelescopio Big Ear, en el año 1977 específicamente a la hora 23:16 de la noche, la cual fue una señal de radio proveniente de la zona oriental de la constelación de Sagitario, superando unas 30 veces al clásico ruido blanco de fondo, ese ruido que se escucha al no sintonizar ninguna radio en los aparatos radiales domésticos, señal aquella que se extendió durante 72 segundos, para luego desaparecer.

Dicha señal tuvo una secuencia registrada no estándar, la cual se constituyó en la siguiente secuencia de números y letras: 6EQUJ5, sabiendo que las demás secuencias estándar se daban en el rango de los unos hasta los cuatros, y desprovistos de letras.

En la actualidad aún se investiga el origen de dicha señal. Las propuestas al respecto van desde un mensaje de parte de una civilización extraterrestre inteligente, hasta alguna interferencia cercana al radiotelescopio Big Ear. Todos los intentos ulteriores para obtener una señal desde la misma dirección ha resultado en fracasos tras de otros.

Pero, ¿habrán sido fracasos?, ¿o aparecieron los hombres de negro para impedir que esto pase a la opinión pública, y dichos fracasos fueron verdaderas certezas y éxitos encubiertos para la sociedad? No olvidemos que este mundo es un gran dibujo, y nada es lo que parece, por ello, siempre la duda debe ir por delante.

Pero, continuemos...

Como ya lo dijimos, el único medio hasta ahora, -si bien ya hay otros en desarrollo-, la única manera de establecer conexión con emisiones de radio –sean naturales o artificiales- que provengan desde fuera de nuestro planeta, desde fuera de nuestro sistema solar, desde fuera de nuestra galaxia... desde el universo entero, es mediante los imponentes oídos y ojos que tenemos los humanos fuera de nuestro cuerpo, y que son los radiotelescopios.

Si bien el planeta tierra se viene dando a conocer hacia el espacio interestelar, desde hace medio siglo ya, por medio de las emisiones de radio, generados por las emisoras de TV abierta o por aire, emisoras radiales de AM y FM, radares militares, astronómicos y civiles, etc., cuyas señales viajan por el espacio a la velocidad de la luz; el que alguna civilización igual o mas avanzada que la nuestra, nos estuviera escuchando, primero debería haber alcanzado el entendimiento de las frecuencias de ondas electromagnéticas, que son las mismas en cualquier parte del universo, por mas que sean naturales o artificiales; luego de detectar nuestras emisiones, deberán decodificar nuestro mensaje, para luego responder.

Pero, imaginemos que dicha civilización se encuentra a 20,3 años luz de la tierra; como por ejemplo, en el planeta extrasolar Gliese 581g, ubicado en la constelación de Libra, y en cuyo sistema planetario 5 planetas más circundan a su sol; y que dicho planeta, Gliese 581g, se encuentra ubicado en la zona de habitabilidad, y que por ende, contiene agua líquida, y que por defecto la evolución produjo allí, innumerables especies de plantas y animales, y que, una de dichas especies de animales, pudo evolucionar a la autoconciencia, y luego hacia una sociedad del conocimiento basada en la tecnología, y que actualmente nos está escuchando aquellas emisiones de radio que comenzaron a emitirse desde nuestro planeta hace medio siglo. Pues bien, ese planeta Gliese 581g, sí pudo respondernos ni bien recibieron nuestras señales, sus respuestas, hace un cuarto de siglo que estarían viajando de regreso hacia nuestro planeta, y hoy en día deberíamos estar recibiéndolas y analizándolas.

De esto se desprende que, como las ondas radiales viajan a la velocidad de la luz, las que la tierra comenzó a emitir hace 50 años, en tan solo 25 años hacia el futuro el planeta Gliese 581g, -como se halla a una distancia de 20,3 años luz de la tierra-, debió recibir nuestras emisiones, y si las respondieron hace 25 años, hoy en día ya las deberíamos estar recibiendo en nuestros radiotelescopios.

Y como dato adjunto, al respecto de este planeta:

En una entrevista con Lisa-Joy Zgorski de la Fundación Nacional de Ciencia, Steven Vogt -el descubridor de Gliese 581g- fue preguntado sobre su creencia en las oportunidades de vida existente en Gliese 581g. Vogt fue optimista y dijo: «no soy biólogo, ni quisiera interpretar uno en televisión. Personalmente, la ubicuidad y la probabilidad de vida para que crezca rápidamente donde quiera que pueda. Diría que,  en mi sentido personal, que las oportunidades de vida en ese planeta son del 100%. Casi no tengo ninguna duda sobre eso».

Wow, ¿que respuesta no?

Por todo esto, nos hemos hecho un buen panorama aquí, de las grandes probabilidades que existen, de que uno de los temas que nos toca aquí exponer; el de la ecuación de Drake, la cual predice la cantidad de civilizaciones que habría solamente en nuestra galaxia; nos desvele la posible cantidad de civilizaciones inteligentes con posibilidades de comunicación interestelar de manera radial, que contendría nuestra Vía Láctea.

La ecuación de Drake, creada en el año 1961 por un conjunto de astrónomos al mando de Frank Drake y Carl Sagan, es la que ven en la imagen siguiente, en donde el valor de "n" es el resultado del cálculo que arrojaría la cantidad probable de civilizaciones inteligentes y con capacidad de comunicación que habría en nuestra galaxia.


Pero antes de comentarles, queridos exploradores, cual es el valor de "n", es decir, cuantas civilizaciones como la nuestra existirían en nuestra Vía Láctea, les explicaré, en pocas palabras, en que consisten cada uno de los factores de dicha ecuación, para luego poder comprender objetivamente el resultado:

En primer lugar, a todos los factores de la ecuación se le han asignado valores máximos y mínimos durante las incontables pruebas, arrojando valores de "n" altos y bajos respectivamente, y además, la mayor parte de las cifras de prueba, son desconocidas en casi todos los casos en que se ha probado la ecuación y solo contamos con datos referidos a nuestra civilización, por lo que el valor de "n", aunque muy razonable, queda en el terreno de las estimaciones estadísticas.

Ahora explicaré mínimamente lo que significa cada factor de la ecuación de Drake:

El factor "R", se corresponde con la tasa media anual de formación de estrellas en nuestra galaxia.

El factor "Fp", se corresponde con la fracción de estrellas, o soles, con sistemas planetarios.

El factor "Ne", es el número medio de planetas en cada sistema planetario con condiciones ecológicas favorables para la vida.

El factor "Fl", es la fracción de esos planetas en los que de verdad se ha desarrollado la vida.

El factor "Fi", es la fracción de planetas en los que se desarrolla la vida inteligente.

El factor "Fc", es la fracción de planetas con vida inteligente en los que aparece una civilización técnica avanzada.

Y el factor "L", es la vida media de una civilización técnicamente avanzada.

Entonces, y antes de descubrir, queridos exploradores, el valor de "n", es decir, cuantas civilizaciones existirían únicamente en nuestra galaxia, debo poner algo en contexto, y es que nuestro sol es sólo una estrella solitaria en la inmensidad de 7×10^22 estrellas en el universo observable. La vía láctea es sólo una de entre las 500.000.000.000 de galaxias en el universo. Parecería entonces que la vida allí afuera, debería ser un hecho muy usual por lo que el valor de "n" de la ecuación de Drake, nos debería arrojar un cierto mínimo posible de civilizaciones con capacidad de comunicarse.

Por lo tanto, en el mismo año que crearon la mencionada ecuación, los valores utilizados para sus factores, expresaron una cifra un tanto desalentadora, debido a que el valor de "n" arrojó solo 10 posibles civilizaciones detectables, que si bien por un lado es un número desalentador, por el otro, es esperanzador, ya que se utilizaron valores mínimos para los factores de la ecuación.

Pero he aquí que, diferentes científicos, han tomado la posta en intentar llegar a valores de "n", es decir, de civilizaciones mayores y/o menores que las 10 arrojadas en la primera prueba, obteniéndose muy dispares resultados, y que todos podrían ser posibles dado que la mayoría de sus factores no se conocen, y que va desde una sola civilización, -es decir, la nuestra y nada mas-, pasando por unas 10 mil civilizaciones, y los que llegaron mas lejos arrojaron una cifra de 10 millones de civilizaciones solamente en nuestra galaxia.

Entonces, mas allá de la cantidad de civilizaciones que poblemos nuestra galaxia, es innegable lo que nos dice el sentido común, y es que, si la vida se dio en nuestro planeta, si existen otros sistemas solares con las mismas características que el nuestro, mas un planeta como el nuestro circundando dentro de la zona de habitabilidad de su estrella, como aquel planeta Gliese 581g, no hay dudas de que en nuestra galaxia existirían muchas civilizaciones; y mucho se está descubriendo en nuestros días, gracias al telescopio Kepler entre otros. Por lo tanto, es posible que la vida sea un evento muy común y no un accidente del destino universal que sucedió solo con nosotros. Y el evento de la vida no se daría únicamente en nuestra galaxia, sino que en el universo entero y en todos los universos que existan en el Multiverso, y que seguramente son infinitos.

Pues bien, ¡exploradores!, hemos recorrido juntos un largo trayecto en nuestra nave de enigmas, analizando lo que nos dice la ecuación de Drake, en relación a lo que deberíamos observar en nuestros sistemas de detección, si recibiéramos una señal con características inteligentes, o mas bien, con patrones artificiales, como lo fue aquella señal Wow con valores 6EQUJ5 que detectó el telescopio Big Ear.

Una cosa es muy cierta, nosotros somos una civilización avanzada y con capacidad de comunicarse a grandes distancias, que mas allá de las esperas de respuestas, queda una pregunta en el tintero, y que la debemos responder en conjunto, entre todos, y es: ¿estamos solos en nuestra galaxia y el universo?

Desde mi particular punto de vista, por supuesto que no estamos solos, y que son miles o cientos de miles las civilizaciones que pueblan nuestra galaxia, pero, las distancias son tan enormes que si la luz, que viaja a 300 mil kilómetros por segundo, tarda más de 20 años en llegar al planeta Gliese 581g, ¿cuanto tardaría una nave espacial que sabemos que podrá viajar a solo 50 a 150 mil kilómetros por hora? 

Pero antes de finalizar, les dejo algo muy interesante, y es que un usuario de YouTube, de nombre Geovanny Anaya, le realizó un muy interesante análisis, el que consiste en un filtrado sonoro muy interesante al sonido dejado por la señal 6EQUJ5, el cual es el siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=Xq5s3F1ibVM&feature=youtu.be

¿Muy interesante no?


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