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14/05/2014

¿Existe la muerte en tanto que desaparición del Ser Consciente? ¿Estamos inevitablemente condenados a una inexistencia futura? Un nuevo intento de liberarnos de nuestras cadenas psicológicas.


La muerte física, ese decaimiento de la materia en dirección a un progresivo retorno hacia su mismísima esencia, hacia ser lo que al principio era, una sopa de partículas intentando convertirse en algo... o en alguien, es decir, a través del propio nacimiento de nuestro cuerpo, y nuestra proto-Alma. De la tierra provenimos, y es hacia ella a donde luego retornarán nuestros cuerpos mortales. No hay escapatoria; así como la gravedad nos mantiene aferrados a la Tierra, así la Tierra recibirá nuestros cuerpos en el momento en el que nuestras Almas los abandonen. Pero, ¿y luego que? ¿Se terminó todo y ya? ¿Nuestro Yo Consciente, que en vida, nos hacía tener consciencia, al menos, de nuestra existencia, desaparece junto con la materia? Ese vernos, en la vida corporal, como un cuerpo y un espíritu, en donde nuestra existencia la percibimos de una manera "Yo-céntrica" y que todo el mundo se encuentra en función de ese, -y llamémosle ahora con la palabra correcta-, egocentrismo, el cual nos hace pensar que el hecho de que percibamos al mundo que nos rodea, desde una perspectiva intracorporal, es decir, como que, esa cosmovisión que formamos durante el transcurso de nuestra existencia corporal, nos hace dar la "impresión" de que todo gira alrededor nuestro, que no podemos llegar a imaginarnos el "Yo-centrismo" de cualquier otra persona, es decir, que no podemos entender que haya otros puntos de vista, que haya otros egocentrismos partiendo desde dentro de otros cuerpos, -basados en su propia cosmovisión-, partiendo desde otras personas, tratando de percibir al mundo de la misma manera que lo hacemos desde el punto de vista de nosotros... desde uno... no, no sería de ese modo, por lo que, instintiva e inconscientemente, no nos imaginamos eso, sino que nos imaginamos, por propia naturaleza evolutiva pienso yo, que somos el centro de todo lo que sucede a nuestro alrededor, y aunque nuestra empatía sea del tamaño del universo, y que sepamos ubicarnos en el lugar del prójimo, -del próximo-, esa sensación evolutiva de no entender del todo a aquel egocentrismo desde el punto de vista ajeno, de ese prójimo, nos retiene en una gigantesca ilusión de creer que seguimos siendo seres individuales, sin conexión alguna con nada mas que lo que se circunscribe a nuestros límites corporales, y que, debido a aquel "Yo-centrismo", no terminamos de comprender el alcance y trascendencia que tiene nuestra existencia, existencia ésta que nos interconecta con todos los seres vivientes, en un gigantesco "Nos-centrismo", en un lugar inmaterial en el que el sello evolutivo que nos hace reacios a entender nuestra individualidad existencial mas allá de nuestros propios envoltorios corporales, nos pretende hacer ver que ese egocentrismo, es inútil e ilógico pensarlo como tal, y que todos en este universo, -de alguna manera que trasciende nuestros cuerpos-, estamos conectados, y que por mas que nuestros cuerpos retornen al mismo lugar que nos dio la vida, a la Tierra, nuestra consciencia continuará siendo parte de aquel "Nos-centrismo", que traducido a un concepto existente y mas conocido por muchos, continuaremos siendo parte de la Mente del Todo, de la Gran Mente Universal que todo lo impregna, la cual, a partir de su propio y desconocido Nacimiento, todo lo habita, y que a toda materia contiene, -y viceversa-, mas allá de la visión de la existencia individual, esa Gran Mente ya es parte nuestra desde esa primera división celular que nos hará seres humanos, y nuestra mente individual, nuestra consciencia circunscrita al cerebro humano, es y será parte de aquella mente universal, mente que algunos la denominan como Noosfera, -o esfera del conocimiento-, como un conjunto universal de seres vivos dotados, -al menos-, de y desde un cierto nivel mínimo de inteligencia, hasta un nivel de inteligencia comparable a la del ser humano, aunque me animo a incluir, como lo indiqué antes, a todo otro ser vivo.

Entonces, ¿estamos todos conectados? Pues sí. Y luego de que nuestro cuerpo deje de funcionar, ¿nuestro Yo se termina y desaparece? Es que, no es posible, no es lógico, ya que entonces, ¿alguien mas deberá tener nuestro "Yo-centrismo", nuestro punto de vista, alguien mas deberá volver a ser el centro de su cosmovisión nuevamente? ¿Alguien mas deberá ser el receptor de la subjetividad que ocupaba nuestro cuerpo antes de que éste muriera? Desde mi punto de vista, no tengo dudas de que así es.

Nuestro cuerpo, posteriormente al nacimiento, se concibe como un recipiente, como una vasija, como un contenedor temporal, de un pequeño trozo de energía cuántica, -energía organizada y que se le da entidad a posteriori, al habitar nuestros temporales cuerpos-, proveniente aquella, desde una energía mucho mayor, nuestro cuerpo, es la vasija que se conforma biológicamente para contener, -solo por un tiempo menor al siglo-, una ínfima parte de aquella Gran Mente Universal, una pequeñísima porción de aquel "Nos-centrismo", una sutil concentración de interconexiones de fuerzas de la naturaleza que todo lo impregnan, -un préstamo de la propia divinidad-, y por mas que nuestro cuerpo haya "atrapado" una mínima porción de la Noosfera, de la Mente Universal, de la divinidad representada por las fuerzas de la naturaleza; nuestra mente, nuestro Yo Consciente, continua siendo parte de aquel Todo, permanece siendo parte de aquella Gran Mente que interconecta nuestro finito universo de punta a punta, y por mas que transportemos nuestra conciencia durante casi un siglo dentro de nuestros cuerpos, esa conciencia que nos definirá quienes somos, no dejará nunca de ser parte del Todo, por lo que al morir nuestros cuerpos, cuando llegue el momento de que el envoltorio material de nuestra Conciencia vuelva a la Tierra, cuando la vasija se deba romper en infinitos trozos de materia esencial y deje de contener a nuestro Yo Divino, ese Yo, por el hecho de que nunca deja de ser parte de aquella Gran Mente, de aquella Noosfera, aquel Yo, indefectiblemente debe retornar, -muy renovado gracias a nuestra experiencia de vida-, a su Génesis, a su Gran Mente, -y si bien aquel Yo nunca se separa de su Génesis, sino que mas bien, lo que consigue, es darle una temporal Razón de Ser a la materia-, para esperar un nuevo recipiente material que sea su nuevo receptor. Y así sucesivamente, cada porción de la Gran Mente, cada cúmulo de energía Divina proveniente desde la Noosfera, ocupa indeterminados y sucesivos cuerpos materiales de una manera infinita en el tiempo, siendo esta idea algo muy similar al concepto de reencarnación.

Como podremos llegar a comprender, -luego de lo anteriormente expresado-, es que la muerte; en tanto que una posible desaparición de esa fuerza Divina que nos hace afirmar "Yo existo", o como lo dice la celebre frase propuesta por el filósofo René Descartes, "Pienso, y por lo que pienso, existo"; no es en absoluto la muerte. Es así estimados lectores, desde mi punto de vista no hay desaparición de aquellas fuerzas divinas de la naturaleza que nos hacen ser seres de razón al momento de que nuestros cuerpos materiales pierdan sus signos vitales, no existe la muerte para el ser humano (por mas que sea un hecho muy doloroso para los que quedan) ya que la frase "ser humano" nos está indicando una innegable unión con nuestra mente, y no con nuestro cuerpo, debido a que el hecho de "ser", es la razón por la que hemos definido ese "ser", y por lo tanto, ese "ser", es inmortal. Mientras que el cuerpo que ha perdido sus signos vitales, no es mas que aquella vasija, nos es otra cosa que un contenedor material de lo que verdaderamente nos hace ser seres conscientes, seres que podemos continuar definiéndonos de ese modo, gracias a que nunca dejamos de ser parte del Todo, de aquella Noosfera, de que nunca dejamos de ser parte de la Mente Universal.

La muerte no existe. No desaparecemos. El yo que nos representa en la vida terrenal no se extingue, por mas triste que sea, y que estoy de acuerdo que lo es. Pero, la muerte, es solo otro concepto más creado por el Hombre y para el Hombre, con el objetivo de continuar manteniéndonos atados por una cadena psicológica más, y evitar que nuestra conciencia vaya mas allá de nuestros límites terrenales… que se sienta parte del Todo.



12/05/2014

Una Espeluznante Acción a Distancia. Mi cuarto libro.

Una espeluznante acción a distancia, es una obra que intenta arrojar Luz sobre algunas de las preguntas mas enigmáticas y oscuras que el ser humano ha podido hacerse jamás. Pero, en este caso, no intenta arrojar Luz desde las sombras del pensamiento superficial, sino que, por el contrario, trata de iluminar aún más, por sobre todo objeto de estudio que ya es portador de su propia Luz.

Aquella Luz extra, será provista por el autor, mediante un pensamiento profundo, fundamentado éste, en una de las ciencias que se encuentra en inigualables condiciones esenciales para poder darle explicaciones racionales a aquellos temas que tantos interrogantes nos generan; desde que el ser humano tiene memoria; y que es, la Mecánica Cuántica o también denominada Física Cuántica o Física de las partículas subatómicas.

En base a ello, no olvidemos que todo lo que nos rodea, incluyéndonos, está conformado por moléculas, que a su vez se componen de átomos, los que en esencia se constituyen por partículas subatómicas como los protones, electrones, fotones, etcétera, y que si ahondamos un poco mas, los electrones, por ejemplo, se componen de quarks y leptones, siendo éstos últimos los constituyentes fundamentales y esenciales de la materia. Por lo tanto, toda la materia es energía aglutinada por un campo de fuerza, denominado Campo de Higgs, y toda energía es materia desprovista de ese campo que la conforma. Nuestro cuerpo es tanto materia como energía, nuestros pensamientos no es mas que energía fluyendo en forma de moléculas y electricidad, por un medio de transmisión que es la red neuronal de nuestro cerebro. Y esas moléculas y esos pulsos eléctricos, que le dan forma a nuestros pensamientos, no son más que partículas subatómicas teniendo una existencia más allá del espacio y del tiempo. En este libro podrás entender el porque de este comportamiento.

Por otro lado, todos tenemos nuestros conceptos respecto del origen del universo, de tratar de comprender qué es lo que existe fuera de él, y si ese “fuera”, es el mismísimo Dios, o si es el Infinito, y si existen mas universos además del nuestro, y un gran etcétera; evidentemente que sí, todos tenemos una idea de estos conceptos, pero a veces, puede haber alguien que intenta ir mas allá de aquellas constructivas especulaciones, para llegar mas lejos con el pensamiento, tan lejos, que la mera especulación se transforma en una verdad relativa, aunque no absoluta, y que se basa enteramente en humildes conocimientos científicos, en la razón pura y en la lógica.

Pero como si lo anterior fuera algo un tanto irrelevante, el autor se pregunta, ¿eres consciente del verdadero potencial del cerebro humano? Si, de tu cerebro. ¿Eres consciente de que, a través de los que el autor denomina, “Estadíos Psicológicos Cuánticos”, tendrás una herramienta muy poderosa en tus manos, tanto como para modificar, como también para captar eventos futuros? Pues, si, y es a través del “Yo Cuántico” y del “Ello Cuántico”, que sería posible el conectarnos con nuestras sucesivas existencias cuánticas futuras, de manera tal, de poder ajustar los sucesos de nuestro porvenir, como así también, el recibir información de los eventos de parte de aquel. Todo lo anteriormente expresado, es posible ponerlo en práctica, primeramente, con el llegar a conocernos a nosotros mismos, pero también, el entender como funciona nuestra mente a niveles psíquicos y subatómicos, pero también, como se proyectarían nuestros pensamientos y sueños en el continuo espacio-temporal.

Y ¿qué entendemos por existencia de las cosas? ¿Podemos estar seguros de que algo -o alguien- existe sin que previamente los hayamos definido, caracterizado o adjetivado? Pues bien, la Mecánica Cuántica, y la razón a priori o intuitiva del autor, arrojará la respuesta mas acorde a la que será una gran verdad; una verdad razonablemente acertada.
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Con esto y mucho más, el autor intenta despertar las mentes dormidas debido al ajetreado mundo de hoy en día, de manera tal, de hacer comprender que hay mucho más de lo que nuestros propios sentidos físicos nos dicen. Pero no sirve con leer y ya; sino que es necesario compenetrarse en los pensamientos del autor, en sintonía con los propios, y que, aunque éstos parezcan extraídos de una historia de ciencia ficción, poder entender, que tanto la mente humana, como el universo, no son muy diferentes… en esencia.

Pueden adquirir una copia del libro en este link.


El Erminauta. El libro que reúne una importante cantidad de los artículos publicados en esta Página Web.

El Erminauta, es una obra que intenta explorar variadas vetas del pensamiento, pretendiendo responder a muchas preguntas existenciales, lógicas y un tanto olvidadas por parte del ser humano moderno, sumido éste, desde hace tiempo, en un universo multimedial y de información, al alcance de un solo clic, lo cual, no permite que aquél se cuestione, ni a si mismo, ni al mundo que lo circunda, ni al universo que lo contempla. 

Ese universo Causal que ha creado al hombre a imagen y semejanza de su mas íntima esencia, requiere que sus hijos, o mas bien, los efectos de aquella gran causa primigenia, se comiencen a mirar hacia su universo interior, a dejar las superficialidades de la vida, a evitar las pasiones que a veces nos dominan, dándole mas énfasis en las virtudes que a veces duermen dentro de nosotros, a la espera de que las despertemos a un mundo que las necesita, y a gritos. El mundo necesita virtudes, de personas dispuestas a ofrecerlas en la medida de sus posibilidades, y a oscurecer aquellas pasiones hasta relegarlas en lo mas profundo de nuestro ser. 

El mundo necesita que nos encontremos con nuestro Dios interior, con el verdadero Ser que nos dará las únicas respuestas a nuestras necesidades. Ningún otro ente nos dará las respuestas tan eficazmente como nuestro propio yo. La espiritualidad no es pensando hacia el fuera, sino, todo lo contrario, hacia nuestro propio ser, hacia dentro de nuestra psiquis, para comprendernos, mejorarnos, pulirnos, como un artista que pule su mas amada creación. Somos los artistas o artífices de nosotros mismos, a cada momento, somos los únicos que podemos pulir el mármol, de manera tal, de que la escultura final, sea casi perfecta. Debemos ser los creadores de nosotros mismos, debemos ser la propia Causa de nosotros mismos, y no meros efectos viviendo una vida externalizada.


Este libro brinda una humilde perspectiva de la vida, con un fuerte contenido relativo al autoconocimiento, a la introspección, a los sentimientos, a la empatía, a la conciencia, a la libertad, a la razón pura, al fanatismo, a la Física de partículas en relación a nuestras preguntas existenciales, a la iglesia, a la humildad, al libre albedrío, a la adversidad, a la seguridad en nuestras vidas reales y virtuales, a la exobiología (extraterrestres desde una óptica racionalista), a Internet, a los números, a la Fe, a la psicología, a la soberanía tecnológica y un largo etcétera.

Un libro que, no solamente lo transportará más allá del conocimiento común y corriente, sino que, con su ayuda, podrá descorrer el velo sobre variados interrogantes, que hasta el día de hoy le parecían difíciles de desvelar.

Pueden adquirir una copia del libro en este link.

06/05/2014

Ocultismo en la Creación de Adán, por Miguel Ángel. Descorriendo el velo de un Creacionismo que oculta un claro Racionalismo en una de las pinturas mas enigmáticas pintadas en la Capilla Sixtina.

Les presento aquí, queridos lectores, al Creacionismo Medieval, capturado por la mente de un gran artista como lo fue Miguel Ángel, y plasmado en el techo de la Capilla Sixtina, allá por el año 1511, representando uno de los más enigmáticos pasajes bíblicos, como lo es el del Génesis, respecto del cual, el primer hombre, Adán, ese primer ser mítico y terrenal que el creacionismo medieval impuso, -y que hasta hoy en día aún se mantiene-, sobre las mentes intelectualmente desprotegidas. Adán, el primer ser varón creado por otro ser varón, espera sentado pacientemente desde su triángulo terrenal, que una grata compañía, -que todavía está dentro de los ámbitos de lo divino-, le sea provista para multiplicarse y esparcirse por sobre la faz de la Tierra.

La Creación de Adán, de Miguel Ángel. Hacer clic en la imagen para ampliar.

Pero lo que no se imaginaban aquellos que le encargaron tan magnánimo trabajo artístico y filosófico a Miguel Ángel Buonarroti, es que esta pintura, oculta tras un complejo velo transparente, un concepto que se opone drásticamente, a todo lo que el creacionismo, impulsado por la religión Católica de aquellos tiempos, ha pregonado erróneamente por muchos cientos de años, llegando a asesinar a todo aquel que no estuviera de acuerdo con su corriente de pensamiento; ese concepto opuesto al creacionismo es el racionalismo, concepto que fue presentado por Miguel Ángel, por intermedio de esta pintura, ante los ojos de sus "clientes eclesiásticos", sin que éstos se percataran siquiera del verdadero significado oculto que encierra la pintura. A la vista del mundo eclesiástico fue representado el concepto creacionista, mientras que a los ojos de su autor, y luego de muchos otros más, fue representado un claro racionalismo, oculto a plena vista de todos, pero a la mirada de unos pocos, por un conjunto de detalles que pasaré a detallar a continuación.

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En esta pintura, en "La Creación de Adán", podemos percibir a simple vista, dos secciones bien diferenciadas, dos representaciones de realidades contrapuestas, dos mundos separados por un muy estrecho espacio -incognoscible- entre dos dedos índices a punto de hacer contacto para que surja la chispa divina que unirá aquellos dos mundos, aquellas dos realidades, realidades éstas que dejaron sellado con el óleo y el sudor de Miguel Ángel, el origen dual del ser humano.

Esa dualidad a la que hago referencia en el párrafo anterior, proviene de la unión de lo divino con lo terrenal, de la fusión de dos características innegablemente intrínsecas al ser humano, de la integración de dos particularidades que provienen desde la mismísima creación del universo, desde el enigmático Big Bang; y que es la unión de la energía (o materia) por medio de las fuerzas físicas y cuánticas que gobiernan nuestro universo, siendo estas últimas fuerzas, características meramente divinas que le dan forma, entidad y razón de ser a todo lo que existe en el universo, y en este caso de estudio, al propio ser humano. Es decir que, en la pintura, Miguel Ángel ha querido dejar reflejado el carácter dual del ser humano, comprendido éste por la materia gobernada divinamente por las fuerzas físicas de la naturaleza. La Materia y las fuerzas físicas, la tierra y el cielo, lo humano y lo divino, lo que se encuentra abajo y lo que se halla arriba; dualidades éstas que, mas allá de las incontables interpretaciones que diferentes filosofías le han querido conferir por siglos, siempre tienden a unirse, de una u otra manera, por la acción inconsciente, -y posteriormente consciente-, de la divinidad innata que el Hombre conlleva sobre su propio Ser, sobre su psique.

Por consiguiente, y sin dejar de lado la divinidad plasmada por el pincel de este gran artista sobre su magnánima obra; producto ésta, de su mente creadora, y que hoy me he decidido a analizar aquí desde mi punto de vista; quiero continuar interpretando, o bien, descorriendo el velo transparente que oculta el verdadero significado de esta obra, que impide que se revele a simple vista lo que el mismísimo Miguel Ángel ha querido transmitir en aquel entonces, mas allá de que lo solicitado por el papado de aquellos años oscurantistas haya sido de carácter eminentemente creacionista, este gran artista se las ingenió para dejar en claro oscuro su postura al respecto y su visión racionalista de la creación del Hombre, aunque ésta no haya sido percibida en aquellos momentos.
Pero continuemos con el análisis de la obra. Sigamos descorriendo el velo que cubre el verdadero mensaje que se encuentra a la vista de todos pero a la mirada de unos pocos, por lo menos, era así en el medioevo.

Si observamos la postura de Adán, lo podemos ver con la mayor parte de su cuerpo desnudo recostado sobre ese pequeño triángulo verde de la Tierra, representando con ello, su origen terrenal, material, animal, como queriendo significar que Adán recién está emergiendo desde las entrañas de la Madre Tierra, madre que le supo dar la materia que por ahora, débilmente puede mover hacia un Dios que espera con ansias hacerse carne por intermedio de Adán. Y siguiendo con Adán, podemos apreciar que él apenas puede levantar su brazo izquierdo para estirarlo débilmente, al igual que lo hace con su mano, en dirección al Ser que, desde los cielos, le dará la Chispa Vital, le imprimirá el empuje Causal proveniente desde la divinidad, desde la creación del universo, desde aquel punto infinitesimal denominado Big Bang, desde aquel cúmulo de fuerzas de la naturaleza que todo lo impregna y que harán de Adán un ser dual y rebosante de vida quien luchará por llegar a la divinidad... querrá ser Dios, sabiendo que Dios, también quiere ser él.

Casi todo el cuerpo de Adán yace apoyado sobre la madre Tierra y solo tiene las fuerzas necesarias para alcanzar la Divinidad, Divinidad ésta que lo espera y trata de alcanzar también, desde lo alto, desde el cielo, desde arriba. Adán intenta con todas sus fuerzas terrenales alcanzar a Dios, sin saber que Dios intenta alcanzarlo a él. Es que ambos son lo mismo, con la diferencia de que Dios, la divinidad, las fuerzas de la naturaleza, están conscientes de su propia condición divina, mientras que Adán no, ya que todavía no ha comido el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, por lo que su conciencia no se ha desarrollado aún.

También es evidente la condición andrógina de Adán, debido a que su miembro viril aparenta ser un pene y una vagina, ambos en el mismo lugar de su pubis, representando con esto, lo masculino y lo femenino, esa dualidad desde la que todos provenimos, y que luego anhelamos transmutar, -mente consciente de por medio-, para arribar a la Unidad de la dualidad, para alcanzar esa Chispa Divina que nos convertirá en Uno con el universo. Chispa que debemos encontrar por medio de nosotros mismos, con el racionalismo que nos debería caracterizar a todos los seres humanos, y no por medio del creacionismo que hasta hoy en día todavía tiene sus fieles defensores, ya sea por simple e inocente creencia, o también por interés.

Ahora bien, Adán yace sin fuerzas sobre la Tierra, diría yo que todavía entremezclado con ella, mientras que el supuesto evento creacionista desciende desde los cielos, de la mano derecha creadora de un Dios antropomorfo, rodeado de ángeles y de diversas telas de color verde y rojo oscuro, como una manera de demostrar la acción de Dios sobre el ser humano, que, -como dicen las escrituras-, fue creado a su imagen y semejanza. Dios, desde arriba, desciende con su firme y fuerte brazo derecho extendido, y por medio de su robusta mano, levantando su dedo índice en dirección a Adán, como intentando hacer contacto con el débil dedo índice de la mano de éste.

El brazo izquierdo de Adán trata de alcanzar y obtener aquellas fuerzas físicas de la naturaleza que hacen que la materia tenga su razón esencial de ser, mientras que su brazo izquierdo permanece inmóvil, retraído bajo su cuerpo, como esperando utilizarlo luego, para abrazar a quien será su compañera: Eva. Mientras que Dios, desde el cielo, estira su poderoso brazo derecho para intentar entrar en Adán y ser carne, -así como aquel, llegar a ser divino-, mientras que el brazo izquierdo de Dios, abraza a una figura femenina detrás de Él, figura ésta que no hace mas que mostrarse expectante y con su mirada fija hacia un terrenal Adán que espera liberarse de su condición de andrógino. Incluso la supuesta figura femenina, Eva, coloca su mano izquierda sobre el brazo izquierdo de Dios, como simbolizando una posible procedencia divina de la Mujer, ya que el nombre Eva significa, "Madre de los vivientes", "dadora de vida", como una fiel muestra de la condición divina de Eva, debido a que, mucho antes de que ella sea creada a partir de una de las costillas de Adán, mas un poco de barro, ésta ya estaba en la mente de Dios. Incluso, uno de los ángeles de la derecha, o sea, a la izquierda de la que sería una futura Eva, intenta retenerla para que Dios no pueda reunir lo masculino y lo femenino en dos cuerpos separados, eliminando la condición andrógina de Adán.

De todas maneras, hasta aquí, muy someramente he detallado mi punto de vista respecto de lo que ocultaría esta gran obra de Miguel Ángel, pintada con mucho sudor y lágrimas, sobre el techo interior de la Capilla Sixtina, ubicada ésta en la Ciudad del Vaticano, hace mas de quinientos años.

Lo que en realidad oculta esta pintura, va mas allá de la capacidad de imaginación que tenían los religiosos de aquella época, -y de muchos de hoy en día-, debido a que, Miguel Ángel supo ocultar un perfecto racionalismo detrás de un velo transparente de creacionismo, hecho añadido que le vale mis mas sinceras y humildes felicitaciones.

Pero veamos a que me refiero con que Miguel Ángel estaba convencido de que el creacionismo era un concepto teológico muy errado y que el racionalismo, el uso de la razón, era la única vía para entender al Universo, como también a Dios, y por supuesto a los Hombres. Y a lo que me refiero, es a que el Sr. Buonarroti, de una manera magistral supo simbolizar a Dios, a Eva, a sus Ángeles y a las largas telas rojas y verdes que los envuelven, como una fiel representación anatómica y fisiológica del cerebro humano. Es así estimados lectores, aquella divinidad que desciende de los cielos, no es más que un gran símbolo que nos hace ver que dicha divinidad del hombre pasa por el uso de la razón y del llegar a la tan ansiada -aunque desafortunadamente no alcanzada por todos- conciencia del Si, y que la creación de nuestra especie no fue obra de un Dios omnipotente con forma humana masculina, sino que fue debido a la interacción de la materia con aquellas fuerzas divinas de la naturaleza, que le dieron y le dan estructura y vida a nuestro universo.
Ahora centrémonos en esa especie de cerebro simbolizado por Dios y los Ángeles, que el pintor supo plasmar en su obra, y de una manera oculta para quienes no tenían -o tienen- ojos para ver (o mirar desde mi punto de vista). 

Comparativa gráfica del Creacionismo Católico, con el Racionalismo oculto por Miguel Ángel, basado éste en la razón y por ende, en el cerebro humano. Hacer clic sobre la imagen para ampliar.



Como vemos en la imagen comparativa, podemos apreciar, en la parte superior derecha de la pintura de arriba, la idea del "creacionismo católico", representado éste, aunque de manera oculta por el pintor, pero fundamentándose en una idea antagónica a aquella, es decir, por medio de un claro racionalismo basado pura y exclusivamente en la morfología y el funcionamiento del cerebro humano, como se puede ver en la parte inferior derecha de la misma imagen.

Veamos, y antes de proseguir con el análisis de esta incuestionablemente enigmática pintura, podemos encontrar que Eva, quien todavía se ubica en lo alto del cielo, dentro de la mente de Dios, ya está destinada a ser parte de Adán. ¿Y porque digo esto?, porque, como lo podrán apreciar en la siguiente imagen, en la pierna izquierda erguida de Adán, sobre la que apoya débilmente su brazo izquierdo, -mismo brazo que utiliza Dios para retener a Eva en su mente divina-, se vislumbra una figura un tanto humanoide que se asemeja a un torso y a las piernas de una mujer, por lo que, si coloco la cabeza de Eva, -quien todavía se halla dentro de los planes de Dios-, sobre la rodilla izquierda de Adán, queda conformada una figura femenina, como que Miguel Ángel nos está queriendo decir que Adán y Eva, -antes de que Dios la cree, luego de extraerle una costilla a Adán-, son ambos un solo Ser por el momento, y que está representado por la condición dual, Andrógina de Adán. Pero veamos la imagen de lo anteriormente expresado.

Ver representación de Eva sobre la pierna erguida izquierda de Adán. Hacer clic sobre la imagen para ampliar.

Centrémonos ahora en la mente de Dios. En esa intrigante imagen que baja desde los cielos, repleta de ángeles, todos dispuestos alrededor de Dios y de Eva, y que es envuelta por una especie de tela de color rojo.

Como ya lo nombre antes, en este mismo artículo, Miguel Ángel representó en su pintura, ni mas ni menos que al cerebro humano, y no solamente por su forma externa, sino que también lo hizo con ciertas funcionalidades, plasmadas allí, muy ocultas, tras un velo transparente de racionalismo, propio de él mismo, pero no así del creacionismo católico.

Para continuar analizando ese cerebro dibujado por Miguel Ángel, y que contiene, psicológicamente hablando, a todos nuestros dioses y a nuestros demonios, e incluso, también a Eva; primero debo mostrar la imagen que se corresponde con el supuesto cerebro que el artista quiso plasmar en su obra. La imagen es la siguiente:

El cerebro de Dios. Su forma y su funcionamiento. Hacer clic sobre la imagen para ampliar.

En dicha imagen, a mi parecer, el artista ha representado, no solamente a la forma externa del órgano que nos hace ser y existir, que nos hace ser seres conscientes y de razón, -aunque a algunos, esto les sea indiferente-; sino que también ha querido representar ciertos aspectos internos del mismo, tanto morfológicos como también funcionales. 

Veamos.
Como podemos apreciar en la imagen de arriba, la forma externa del cerebro está representada por la tela de color rojizo que cubre casi a todos allí dentro y que representaría la llamada Duramadre, delgada membrana que recubre a todo el cerebro y lo separa del cráneo. Allí, Dios no solo atraviesa todo el cerebro, de punta a punta; desde el Tallo Cerebral y el Cerebelo, hasta el Lóbulo Frontal, pasando por el Tálamo, el Fórnix, la Hipófisis, el Hipotálamo, el Cuerpo Calloso y la Circunvolución Cingulada; sino que también puede salirse de los límites físicos del mismo. Mientras que con sus pies, Dios estaría conectándose con el resto del cuerpo, con su brazo derecho extendido (y no olvidemos que el hijo de Dios se sentó a la derecha de Él) estaría haciendo énfasis en el poder que tiene el cerebro humano; y que no es solamente el de limitarse al interior de esa tela rojiza, de la denominada, Duramadre, o sea al interior del cráneo; sino que nuestra naturaleza dual, material y divina, nos convierte en dioses también, pudiendo trascender nuestro propio límite corporal.

Ahora bien, alrededor de ese Dios, que es la parte principal y central de ese vehículo divino que proviene de los cielos, se encuentran los ángeles, y también la que será la futura esposa de Adán: Eva, abrazada ésta por medio del brazo izquierdo de Dios. Incluso, la mano izquierda de Dios, toca el hombro derecho de uno de los ángeles que intenta retener a Eva en ese mundo divino, ese ángel, con su ademán, trata de que Eva no trascienda desde lo divino hacia lo terrenal, que no forme parte externa de la dualidad andrógina del hombre que Dios llamó Adán y que débilmente aguarda recibir el insuflo de vida, la chispa Divina, que le hará levantarse de su actual condición, para poder, de esa manera, prepararse para la llegada de su compañera. Ese ángel que trata de retener a Eva, estaría representando las fuerzas tiranas del inconsciente.

Entonces, y con el objeto de ir comparando el cerebro oculto de Miguel Ángel, con las partes y funcionalidades de un cerebro humano real, primero les adjuntaré una imagen descriptiva de éste último.

El Cerebro Humano y alguna de sus partes. Clic para ampliar.

Si vamos comparando con la imagen anterior a esta, podemos encontrar unas cuantas analogías más, que las ya expresadas hasta ahora, como por ejemplo, que el área denominada "Circunvolución Cingulada", es la que funcionalmente interviene en la manera en que el ser humano se adapta al medio para asegurar su supervivencia. Y, ¿que coincidencias no? ya que dicho área, en la pintura de Miguel Ángel, está representada por el brazo izquierdo de Dios que justamente abraza y mantiene preparada a Eva, para entregársela a Adán y de esa manera asegurar la supervivencia de la especie. El Génesis, a este respecto dice:


1,26: Y dijo Dios: 

   —Hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles.

  1,27: Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 1,28: Y los bendijo Dios y les dijo: 

   —Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra."

Veamos ahora, una comparación gráfica de lo antedicho respecto de la Circunvolución Cingulada:

Circunvolución Cingulada del cerebro representada por el brazo izquierdo de Dios. Clic para ampliar.


Circunvolución Cingulada del cerebro humano que regula características respecto a la supervivencia de la especie. Clic para ampliar.


















Como ya lo he explicado, Dios ocupa toda la parte central del cerebro desde el Tallo Cerebral y hasta el Lóbulo Frontal. Y como nos podremos imaginar, todas las partes internas del cerebro, alejadas de la corteza, cumplen las funciones mas importantes de éste, como por ejemplo, que a través de lo que se denomina como Cuerpo Calloso (en color rozado en la imagen anterior) exista una vía de comunicación entre un hemisferio cerebral y el otro, con el fin de que ambos lados del cerebro trabajen de forma conjunta y complementaria. El Tálamo controla los procesos físicos automáticos; la Hipófisis que segrega hormonas para regular un proceso que se denomina Homeóstasis, el cual es una propiedad que tienen los organismos vivos, y que consiste en la capacidad de establecer de manera indeterminada en el tiempo, una condición interna estable reacomodando los cambios que se dan en su entorno, mediante la regulación del intercambio entre materia y energía con el exterior (metabolismo); el Tallo Cerebral, que controla entre otras funciones, la respiración, la regulación del ritmo cardíaco y aspectos primarios de la localización del sonido, además de su función primordial de conectar el cerebro con el resto del cuerpo; el Fórnix, que su función es de unir todos los elementos del Sistema Límbico del Hemisferio Derecho con los del Hemisferio Izquierdo. Como podemos ver, y aunque el cerebro tiene muchas mas secciones internas cerebrales que nombrar, las detalladas anteriormente nos dan una idea del porqué Dios se encuentra en el mismo lugar que aquellas secciones dentro de la pintura de Miguel Ángel. Con esta síntesis precedente, comprendemos, o lo tratamos de hacer, el porqué Dios ocupa el centro del supuesto cerebro en su obra "La Creación de Adán", y simplemente es porque en el centro del cerebro se encuentran las funciones o secciones mas importantes.
Antes de terminar, con una pequeña comparación de los ángeles y la corteza cerebral, adjunto una imagen que esclarece lo anteriormente explicado en el párrafo precedente.

Nuestra divinidad ocupando las secciones mas importantes del cerebro. Clic para ampliar.

En cuanto a los ángeles, los cuales se disponen conformando un enigmático conjunto de singulares poses y ejecutando diferentes ademanes y expresiones faciales, éstos seres celestiales se corresponden con la corteza cerebral, es decir, con todo lo que se encuentra alrededor de Dios, o sea, circundando a las funciones y órganos centrales del cerebro.

Y antes de pasar a las comparaciones de la corteza cerebral con los Ángeles que la representan en la pintura de Miguel Ángel, debo agregar otra imagen para entender mejor a lo que me refiero.

Ángeles que representan la corteza cerebral en la pintura de Miguel Ángel. Clic para ampliar.


Como podemos observar en la imagen anterior, los tres ángeles que se encuentran en el área motriz -en la parte superior del cerebro- demuestran justamente movimiento, se puede notar un viento que roza sus caras y cabellos, como si se estuvieran moviendo hacia adelante a una cierta velocidad. Por otro lado, a los ángeles que se encuentran detrás de Eva, se les pueden percibir expresiones que denotan sentimientos varios, como preocupación, miedo e ira, ángeles éstos que se encuentran justamente en el área de sensibilidad general y en la psico-sensitiva, ubicadas también en la parte superior y posterior del cerebro, en el Lóbulo Parietal. En cambio, los ángeles que se encuentran en la parte inferior del cerebro, específicamente en el Lóbulo Temporal, denotan un aspecto oscuro y tenebroso, y hasta uno de ellos no muestra su cara, debido a que se halla de espaldas, lo que sugiere que están simbolizando la psique profunda, el inconsciente, y físicamente, los dos niveles mas antiguos del cerebro humano, y que son el Sistema o Cerebro Límbico y el Cerebro Reptiliano.

Como vemos, el transparente velo que ha sabido colocar el genial Miguel Ángel sobre esta bella obra denominada "La Creación de Adán", y en plena época del creacionismo católico, no hace mas que reafirmar, que es imposible, -y así lo será siempre-, evitar que la razón supere al dogma. Este pintor del renacimiento ha sabido plasmar sobre un fresco netamente creacionista a simple vista, un claro racionalismo oculto a los ojos que solo veían e lugar de mirar, racionalismo éste, muy acorde al pensamiento del artista Buonarroti.


02/05/2014

El universo, ¿es únicamente lo que percibimos cuando miramos hacia arriba?, ¿o existen otros universos a nuestro alrededor y no nos damos cuenta de sus intrigantes presencias?


El universo está repleto de misterios... de fuerzas ocultas y a la vista, que hacen de aquel, un lugar en donde la energía y la materia son, en esencia, la misma cosa. Aquellos misterios, velados por la inconsciencia de la materia, permanecen ocultos para las personas que no tienen ojos para ver, o bien para quienes no quieren ver mas allá de lo evidente. Misterios que no son otra cosa que las diferentes formas en que el universo ha jugado con sigo mismo, produciendo entre sus entrañas finitas, una casi interminable mescolanza de misterios dispuestos a que el ser humano los pueda develar. Pero esta acción de quitar el velo para que los misterios se vuelvan conocimiento consciente para nuestra psique, implica un esfuerzo intelectual e introspectivo en nosotros y para nosotros, sumados a una fuerte base de hábito en el trabajo, para que, aquellos misterios puedan ser revelados, cuando menos lo esperemos, ante nuestra consciencia, conciencia ésta, que en incontables casos, se halla muy hambrienta de saber y de conocer.

El ser humano, es simplemente, universo concentrado en un cuerpo material, es universo comprimido por una fuerza oculta a nuestras percepciones, es universo devenido en un cúmulo aglutinado de partículas esenciales, es universo que llegó a conformarse de tal inteligente manera que logró concebir algo tan maravilloso como la génesis de la vida, el ser humano es universo que intenta conocerse a si mismo, es universo que siente, que se expresa, que piensa, que intuye, que razona, que cuando mira las estrellas se está mirando a si mismo, por mas que éste no se percate de tal maravilla, que cuando trata de entender lo que hay arriba no hace mas que estar razonando respecto de lo que se encuentra abajo, que cuando intenta con mucho esfuerzo reemplazar lo inconsciente por lo consciente solo está realizando un acto de entendimiento de la mente universal que todo lo impregna, que cuando el ser humano es presa de la ira, del odio, del temor, de la ansiedad, de la envidia, de la tristeza, de los deseos de violencia, y cuando además genera discordias, reparte mentiras, y ostenta hipocresías, no está haciendo otra cosa que extrapolar, proyectar, contagiar, exhalar, y emitir aquellas sensaciones anteriormente descritas, en forma de vibraciones esenciales de partículas en constante disonancia con las demás, y hacia todas las direcciones espaciotemporales del universo, sea éste el propio Macrocosmos, como también el microcosmos, evitando que ambos estén en una biunívoca armonía. 



El Macrocosmos y el microcosmos, el universo externo y el universo interno, ambos, para que de una manera colectiva funcionen como una única mente egregórica universal, el microcosmos, el ser humano, deberá vibrar tal como el Macrocosmos lo necesita, polarizando sus mas bajas pasiones en altas vibraciones emitidas por la Luz de la razón, polarizando la ira en autocontrol, el odio en amor, el temor en precaución y confianza, la ansiedad en calma, la envidia en conformidad, la tristeza en alegría, la violencia en paz, la discordia en concordia, la mentira en verdad y la hipocresía en sinceridad.



El universo, indudablemente esta repleto de misterios, misterios que podrán ser revelados por nuestras percepciones, revelaciones éstas, que obtendremos cuanto mas conozcamos al otro universo moldeado por las manos del infinito... al de nuestro propio ser.

Nelson J. Ressio