Cuando surgen estas preguntas, siempre me inclino a lo que estadísticamente tiene mas probabilidad de dar una respuesta. Por ejemplo, a la pregunta: ¿Fueron los Annunaki los que modificaron nuestro ADN y todavía no encontramos aquel primer eslabón perdido? Con lo que a esa pregunta la respondo con probabilidades, es decir: ¿que probabilidad hay (o hubo) de que haya existido una "mano divina" que se hubiera ocupado de mejorar genéticamente a una especie como los simios, (tomando como muestra, a aquellas manos divinas)? Versus: ¿que probabilidad hay de que el mismo ser humano haya evolucionado por si mismo y que se haya equivocado hoy en día en el punto de vista del eslabón perdido, (tomando como muestra a los humanos)? Estadísticamente hablando, veo imposible el poder tomar una muestra estadística de los seres que pudieron crearnos, por lo que la probabilidad resultante de mi primer pregunta es cero. Pero, la segunda cuestión, es una realidad estadística casi innegable diría yo, ya que las probabilidades basadas en una gran muestra, aumentan considerablemente la significancia del resultado, con lo que la probabilidad en esta 2º cuestión es > 0 (y muy cerca de 1, o sea de 100%). A lo que me quiero referir con esto, es que el propio ser humano es el que ha creado realidades, la mayoría de las veces muy acertadas, pero otras muy equivocadas, y solo debemos esperar para que la respuesta correcta, salga a la Luz, a que el ser humano pueda encontrar el eslabón perdido, pero que estaba perdido dentro de su propia comprensión y estudio del mundo y de nuestra evolución.
Del cerebro, de la conciencia y de los dioses.
Ejerciendo una especie de empatía sobre aquel proto-humano, en el justo momento en que éste comenzaba a ver la vida desde la perspectiva bípeda -y no cuadrúpeda-, es clave para entender aquel entorno evolutivo, dejando de lado temas referidos a la propia supervivencia. Entonces, por tal motivo, al momento de ser los únicos animales que, -además de ser bípedos-, pudimos liberar nuestros pies delanteros (o proto-manos) con el roce del suelo, y no solo de vez en cuando, como algunos animales hasta hoy en día lo hacen, sino que, liberamos nuestras extremidades delanteras -de ese único uso que era el pedestre- para siempre, haciendo el caminar bípedo, las 24 horas del día, los 365 días del año.
Por consiguiente, el propio cerebro se vio en la necesidad de reajustar la utilidad de esas dos extremidades delanteras, de modo que éstas continúen sirviendo para movernos en aquel mundo, pero esta vez no para caminar con 4 patas, sino que, principalmente, para realizar otras actividades todavía a descubrir. Es decir, cuando el proto-humano se percató de que tenía liberadas sus extremidades delanteras (o superiores), y que se podía mover de igual manera que antes por todo su entorno, con solamente la utilización de sus extremidades traseras (o inferiores), allí, en ese preciso momento (y que habrá durado miles de años) es que el nuevo ser bípedo, comenzó a darle otras actividades a dichas extremidades superiores (delanteras), y el cerebro fue el encargado de entregarle nuevas incumbencias a aquellas extremidades "desocupadas". Con esto último, es un tanto lógico que el cerebro haya tenido que realizar un reajuste de su estructura interna para atender a las demandas de caminar, y a las nuevas demandas de dos extremidades libres. Y otro claro aspecto que nos ha hecho lo que hoy somos, es que nuestra visión estereoscópica es clave en nuestra evolución, debido a que, al pasar a tener los ojos totalmente convergentes sobre los puntos a los que dirigimos nuestra mirada (2 lineas oculares totalmente en paralelo con nuestra cara y no oblicuo -o bien, divergentes- como en los camaleones por ejemplo), pasamos a percibir al mundo tal cual -aparentemente- es; es decir, si vivimos en un mundo 3D, al evolucionar con nuestra visión estereoscópica, comenzamos a percibir "la realidad", y junto con las extremidades liberadas, a manejarla a nuestro antojo, con lo que el pobre cerebro debió continuar ajustándose a las nuevas demandas físicas (brazos y vista). Y recordemos que la vista es el sentido que mas poder cerebral ocupa, de todos los demás.
Debido a los anteriores cambios evolutivos, comenzamos a comunicarnos mejor, no solo por medio de balbuceos primitivos, sino que también con las flamantes manos, y de ese modo se fueron concibiendo conceptos arquetipicos, y a formarse un cierto primitivo lenguaje hablado-gestual (y preguntemonos, ¿porque hoy en día movemos las manos al "ritmo" de nuestras palabras? Simple reminiscencia de aquellos tiempos). Y de aquí en más, todo lo que vino después respecto de mejoras en la dicción, en definir al mundo que rodeaba a aquellos primitivos seres humanos, y a tratar de entender su entorno a través de su primitivo uso de razón -razón creada por aquella liberación de brazos y de la visión estereoscópica- la cual, el mencionado uso de razón, sino podía hallar una explicación a cierto suceso con mucha carga emocional (y reparemos aquí, en que el pensamiento científico todavía se encontraba totalmente en pañales) el cerebro se habría encargado de generar algo parecido al concepto de "deja vú", es decir, cuando aquellos humanos se encontraban bajo cierta disyuntiva, algo inexplicable y que a la vez excitaba de sobremanera sus emociones mas profundas, ese efecto "deja vú", es el que, desde mi perspectiva, ponía una realidad falsa, extraída de sus propios cerebros, para darle "sentido" y calmar su sed de "entender" un determinado suceso inexplicable y emocionalmente significativo. El "deja vú" hace exactamente lo que hacen las religiones, colocar un cierto concepto -creíble o no, dependiendo del observador- dentro de un contexto mucho mas amplio (como por ejemplo, la espiritualidad externalizada) de modo de que aquel concepto "encaje" dentro de una determinada "realidad" de manera tal de que todo ese paquete sea "entendido" -como la religión lo desea- y por los adeptos a esa fe dogmática.
Entonces, aquellos primitivos humanos, por medio de sus flamantes extremidades y miradas estereoscópicas (sumado a otras evoluciones corporales), comenzaron a darle "sentido" a esos "deja vú", de la misma manera en que lo hace cualquier persona con características de liderazgo, estableciendo sus propias reglas y sus propias creencias ("deja vú's" propios) como colectivas, aceptándolas por parte de las masas seguidoras. De esta manera (y con la ciencia todavía verde, sin brotar todavía) lo inexplicable tenía su sentido a partir de un concepto similar al de "deja vú".
Por lo tanto, a partir de aquellos "líderes espirituales primitivos", comenzaron a crearse los dioses (y hasta hoy en día millones de personas desconocen que los dioses están dentro de nosotros mismos). Y miles de años después, se crearon y formalizaron las religiones, las que luego, cada una de ellas "formalizó" su/sus dios/dioses.
Y respecto del tema de la capacidad de abstracción, de poder entender, definir y conceptualizar ciertas realidades primitivas, no fue mas que una simple consecuencia de aquellos dos hitos en la evolución humana, el de poder percibir (tocar y ver) el mundo 3D tal cual es. Los animales cuadrúpedos sin visión estereoscópica es como si estuvieran viviendo en un mundo 2D, -desde el punto de vista de ellos-, por lo tanto, no comprenden nuestro mundo, que es 3D, y por ello no han podido evolucionar, hasta tanto les suceda lo que detallé mas arriba, respecto al ser humano. Yo siempre pienso que la especie de simios denominados: Bonobos, son los próximos animales a evolucionar, junto a nuestra especie, hacia una conciencia como la humana.
Entonces, desde mi óptica, el catalizador, el punto de inflexión, etcétera, fue ese gran cambio de cuadrúpedos a bípedos, y de visión 2D a visión 3D, o sea, a percibir al entorno tal cual es en la realidad, y como lo seguimos percibiendo hoy en día.
Incluso, a ese gran y doble catalizador (flamantes brazos y visión 3D), le puedo sumar otro, y que es el sexo frente a frente, es decir que, con éste andar bípedo, pudimos mirar a los ojos a quienes solo veíamos por detrás, es decir, a nuestra pareja sexual femenina, ya que, el cuadrúpedo no ve a los ojos a su pareja, en cambio el bípedo si, con lo que ésta situación de dos seres mirándose a los ojos mientras tenían un acto -que hoy llamamos sexual- pero que en aquel tiempo, -y hasta hoy en día-, era y es casi místico, pienso yo que cambió para siempre nuestra realidad, era el tercer ingrediente que faltaba por sobre los dos primeros catalizadores. El sexo frontal, cara a cara, no solo fue -y es- físico, sino que le dio un toque divino, mental, emocional y místico para el procesamiento de nuestro "atorado" cerebro de aquel entonces.
De aquí en más, la necesidad de explicar la realidad por intermedio de las proto-religiones -y mucho después, el advenimiento de las religiones formales-, hicieron que éstas pudieran tranquilizar -momentáneamente- a aquellas mentes, atestadas de nuevos estímulos inexplicables, con mucha mas fuerza y rapidez que aquella proto-ciencia, cosa que hoy es totalmente inverso, y muy lógico, ya que la ciencia no solo explica y le da sentido, tanto al macro como al micro cosmos respectivamente, sino que algún día ésta se transformará en la única religión del mundo... la de la razón y la de la creencia en uno mismo, en lugar de hacerlo en una especie de "Deja Vú".
Creación por supuesto
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