La Eterna Recurrencia... ese principio filosófico que postula que todo acto humano debe volver a su origen... que todo retorne a su mismo punto de partida, in aeternum... y no retorna solo la vida, ni solamente las almas, sino que también retornan los propios comportamientos humanos al mismo lugar de donde salieron... hacia ti.
¿Odias a alguien?, el odio quedará siempre en ti, ¿tienes envidia? la envidia nunca llegará a destino, sino que morará en ti, ¿eres presa del ego?, al final el ego te aplastará, ¿eres sectario?, pues quedaras fuera de la sociedad, ¿no aceptas a la diversidad de la razón?, pues seguirás durmiendo en las rojas sábanas de aquellos que alguna vez la quemaron creyéndola una herejía, ¿eres hipócrita?, pues estarás contribuyendo a que tu descendencia también lo sea, y con ello, a la sociedad misma, ¿eres banal?, pues seguirás flotando sobre la superficie de las oscuras aguas del materialismo, ¿eres airoso?, pues tu ira solo se aferrará con sus curvas garras sobre tu propia carne, ¿te crees omnisciente?, pues solo demostrarás que lo único que sabes, es que crees saberlo todo, ¿eres desconfiado?, pues "solo"... es la palabra para tu futuro.
En todo momento, la eterna recurrencia te acechará, observando constantemente tus actos por medio de sus ojos infinitos... todo vuelve, todo retorna a su origen, hacia su génesis; y tu comportamiento, -que a los ojos de la eterna recurrencia no sea aceptable-, quedará dentro de ti, aunque hayas pensado que el destinatario sea otro; y de a poco, cegarás tu mente, hasta quedar atrapado en una abrumadora ignorancia, la cual te hará quedar estático observándote a ti mismo, externamente, en el sucio espejo de tus propias incapacidades.
Escucha una composición musical de mi autoría, en honor a la Eterna Recurrencia, o también denominado, Eterno Retorno:
Nelson J. Ressio.
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