En otro artículo publicado en esta Web, respecto del Yo cuántico (representado por el estadío consciente denominado "Yo", y físicamente, por el Neocortex o cerebro superior), me refiero a ese "Yo consciente", como un emisario inter-temporal que enviamos, por intermedio de nuestros pensamientos enfocados hacia un cierto futuro, de manera tal, de preparar el "terreno" para el preciso instante en que nos encontremos allí.
Quiero aclarar, antes de proseguir, que el concepto del "Alma Cuántica", el del "Yo Cuántico" y el del "Ello Cuántico", (además del de "Estadíos Psicológicos Cuánticos") son conceptos propios, revelados ante mi consciencia (e inconsciencia) como resultados de diferentes investigaciones al respecto, desde hace muchos años.
Pero, antes que nada, me es preciso dar una explicación respecto de una de las propiedades más importantes inherentes a las partículas subatómicas. Y ¿porque debo dar una explicación respecto de ellas? Simplemente porque nuestros pensamientos conscientes, así como los recuerdos inconscientes, -reprimidos estos últimos en lo que se ha denominado en la psicología Freudiana como: "Ello"-, no son más que procesos cerebrales electroquímicos, y como tales, están compuestos a su vez por moléculas, y éstas por átomos, y por ende, de parte de dichos átomos se desprende un conjunto de partículas -onda corpusculares- subatómicas, como son los electrones, orbitando alrededor del centro del átomo, compuesto éste por protones y neutrones, y que a su vez, éstas partículas -dueñas de una característica dual, de ser una honda y un cuerpo a la vez, dependiendo del sistema de observación- se componen de quarks y leptones, siendo éstos últimos los constituyentes fundamentales y esenciales de la materia. Por lo tanto, éstas partículas primordiales, -que agrupadas en moléculas, conforman nuestros pensamientos y nuestros recuerdos, en forma de procesos electroquímicos-, son acreedoras de varias propiedades cuánticas, que entre las cuales, la llamada "Entrelazamiento cuántico" es la que nos arrojará Luz para entender a lo que yo llamo: "Ello cuántico", como una representación arquetípica del inconsciente, o físicamente hablando, del cerebro medio (justo debajo del Neocortex o corteza superior, la que nos hace humanos pensantes).
Teniendo en cuenta, de aquí en más, que entendemos mínimamente, el qué, el como y el donde; los pensamientos conscientes y los recuerdos reprimidos en el inconsciente, no son más que quarks y leptones conformando partículas electrónicas, que a su vez, éstas se reúnen junto a un centro de protones y neutrones dándole existencia esencial a los átomos, los que, en conjunto, conforman las moléculas de fluidos químicos y procesos eléctricos dentro de nuestro cerebro, y que por consiguiente, el conjunto de aquellas moléculas, no hacen otra cosa que darle la razón de ser a nuestros pensamientos y a nuestros recuerdos reprimidos; con todo lo anterior, la propiedad cuántica denominada "Entrelazamiento" se corresponde a una característica única en la física -tanto en la física clásica como en la física cuántica- y que se refiere a la naturaleza dualitaria, trinitaria, cuaternaria, etcétera, de dichas partículas subatómicas. Es decir que, cada electrón, por ejemplo (y recordando que en conjunto, estructuran la parte mínima de nuestros pensamientos conscientes y de nuestros recuerdos reprimidos en el inconsciente) tiene la propiedad n-aria de encontrarse en dos o más lugares al mismo tiempo, sin importar las distancias y el tiempo. Gráficamente, esta propiedad de entrelazamiento representa, el como, una y solo una partícula sufre un estiramiento de si misma en dos o más direcciones en el tiempo y en el espacio. Si, muchos de ustedes, de seguro se estarán preguntando entonces que, si las partículas subatómicas entrelazadas cuánticamente conforman la mínima parte de nuestra conciencia e inconsciencia (o sea de nuestro "Yo" y de nuestro "Ello"), nuestros pensamientos y nuestros recuerdos reprimidos, ¿también se encuentran entrelazados sin importar el espacio y el tiempo? Pues, a esa pregunta, desde mi punto de vista, la contesto con un rotundo SI. Efectivamente, tanto nuestro Yo consciente, como nuestro "Ello" inconsciente -ambos cuánticos en esencia-, van más allá del espacio y del tiempo, y de nuestro propio límite físico cerebral.
Pero hasta aquí he necesitado dar una idea de la esencia fundamental mínima de nuestros pensamientos y de nuestros recuerdos, en relación a la propiedad entrelazada de las partículas que los conforman. Por ello, pasaré a referirme, o a tratar de dar una respuesta, desde el punto de vista de la ciencia, a esas percepciones que incontables personas han tenido a lo largo de la historia (e incluyo dentro de ese conjunto, a mi padre y a mi mismo). Percepciones que van más allá del espacio y del tiempo, adentrándose en el oscuro mundo de lo que yo podría denominar como: "sombras extrasensoriales", debido a la característica aparentemente ilógica e inexplicable del tema en cuestión.
Pero, todo tiene una explicación, y nada se le escapa a la ciencia, y si todavía no es posible que ésta lo explique, simplemente es porque su método científico no ha madurado lo suficiente como para arrojar Luz donde todavía existe oscuridad.
Entonces, arrojemos Luz!!!
Volvamos a lo troncal de nuestro análisis, que es el darle una explicación racional a las percepciones que se han dado en llamar: premoniciones, percepciones extrasensoriales, deja vú, clarividencia, y un gran etcétera que ya no necesita agregarse, debido a que lo anterior da una idea clara de a donde quiero llegar, y que es, a darles un sentido lógico a dichos enigmáticos conceptos. Y, lisa y llanamente, desde mi perspectiva, y así como definimos anteriormente a nuestros pensamientos y recuerdos (el Yo y el Ello), como portadores "sine qua non" de la propiedad de entrelazamiento cuántico de las partículas subatómicas que en esencia los conforman; también aquellos conceptos denominados premoniciones, percepciones extrasensoriales, deja vú, clarividencia, etcétera; son igualmente portadores de aquella propiedad cuántica. Es decir que, si alguien tuvo alguna vez, una premonición por ejemplo, o sea, un sueño respecto de algún suceso que todavía no ocurrió, pero, al transcurrir poco tiempo, aquella premonición que tuvo, -por intermedio de un sueño-, se hace realidad, es un claro ejemplo de la ya referida y bendita propiedad cuántica de entrelazamiento.
Veamos; dejando de lado cualquier tipo de suceso que nos haga abandonar este mundo material, nosotros vamos a estar vivos, vamos a existir, hoy, mañana, dentro de dos semanas, dentro de 6 meses, dentro de 5 años, dentro de 10 años, etcétera. En todo ese futuro ejemplificado en la línea de arriba, y más, vamos a estar presentes, vamos a estar viviéndolo con nuestros pensamientos y nuestros recuerdos. Entonces, supongamos que dentro de 2 días, ocurrirá un suceso de tal magnitud, que pondrá un punto de inflexión en lo que a nuestra vida respecta, pudiendo ser un suceso que nos afecte particularmente, o bien, un suceso que englobe a una gran porción de los habitantes en donde me encuentre dentro de dos días. Y manteniendo la idea de que todavía estamos ubicados 2 días en el futuro, ese yo del futuro, registrará aquel suceso en mi inconsciente, con tal fuerza psíquica, que residirá reprimido dentro de mi cerebro de segundo nivel, -en el inconsciente-, en la forma de recuerdos o pensamientos cuánticos entrelazados. Ese "yo" del futuro estará registrando un suceso dentro de su inconsciente atemporal y aespacial. Y afirmo esto último, ya que lo único que ha podido definir al tiempo y al espacio, es el cerebro consciente, ese "Yo cuántico", ese Neocortex o cerebro de tercer nivel, eso que nos hace humanos. El inconsciente, residente en el cerebro de segundo nivel, no puede definir absolutamente nada, debido a que solo registra nuestros recuerdos, sean estos, buenos o malos.
Y centrémonos de ahora en más, en aquel recuerdo impreso en nuestro inconsciente, ocurrido 2 días en el futuro. Supongamos que será un gran suceso que afectará negativamente al país en donde vivo, lo cual cambiará la historia del mismo, para siempre. Siendo un evento que todavía no ha ocurrido, ya que estoy en mi presente, dentro de dos días, como voy a estar vivo, existiré en ese presente, y seré receptor de dicho suceso muy negativo, el cual quedará reprimido dentro de mi "Ello cuántico", dentro de mi inconsciente. Ese evento negativo reprimido -que ocurrirá dentro de 2 días- no será otra cosa que el arquetipo de los procesos electroquímicos dentro de mi cerebro inconsciente futuro, y como tales, los engloba la misma propiedad de entrelazamiento cuántico que a los pensamientos conscientes y recuerdos inconscientes de mi actual presente.
Y a partir de aquí, muchos se estarán cuestionando lo siguiente: Si lo que me suceda dentro de 2 días me generará una represión de un suceso negativo futuro dentro de mi inconsciente, y teniendo en cuenta que, esencialmente, esa represión en dirección al "Ello", no serán más que Quarks y Leptones conformando Electrones, que a su vez conformarán átomos, y que en conjunto conformarán moléculas, y que entre todas estructuraran recuerdos reprimidos; éstos últimos, los recuerdos, ¿estarán dispersos, además de estarlo dentro de aquel cerebro futuro, en el espacio y en el tiempo? Pues si, ya que de ese modo funciona la Física Cuántica. Y también recordemos que el inconsciente es atemporal y aespacial, con lo que la propiedad de Entrelazamiento Cuántico no tiene límites, respecto de, en qué tiempo y hacia qué lugar se dirige aquel "estiramiento" nombrado más arriba. Pues entonces, el mencionado "estiramiento" que sufren cada una de las partículas subatómicas que conforman nuestros pensamientos y, en este caso, nuestro recuerdos reprimidos, tendrán un doble, triple, cuádruple, etcétera, alojamiento cerebral, es decir que, si existe un conjunto de partículas que conforman ese recuerdo reprimido, dentro de dos días en el futuro, y que se aloja en ese cerebro del "yo" del futuro, y respetando a su vez el entrelazamiento cuántico y la atemporalidad y la aespacialidad del inconsciente, dicho recuerdo reprimido 2 días en el futuro, se encontrará en varios lugares y momentos diferentes, es decir, que todos los "yo" futuros, a partir de este momento presente en que me encuentro escribiendo estas líneas, serán receptores inmediatos del suceso ocurrido dentro de 2 días.
Pero, ¿de que manera podré ser consciente del importante y negativo suceso que ocurrirá dentro de dos días? Y la respuesta es, por intermedio del propio inconsciente. ¿Y de que forma el inconsciente (el Ello cuántico) se pone en contacto con el consciente (con el "Yo cuántico")? Una de las formas es a través de lo que algunos denominan como sueños premonitórios, o por intermedio de las percepciones extra-sensoriales, o también gracias a los llamados "deja vú", aunque éstos últimos son más bien una mala elección que hace el cerebro para representar una cierta realidad que estamos percibiendo como incompleta, seleccionando en su base de datos cuántica la mejor imagen, -alojada como un recuerdo de un suceso real-, que se adapte lo mejor posible, a lo que estamos percibiendo en el presente y de manera incompleta.
Por lo tanto, aquellos conceptos provenientes desde lo más profundo del inconsciente, son los que, de manera atemporal y aespacial, reciben la información, en "paquetes" de recuerdos reprimidos cuánticos, procedente desde los sucesivos "yo" del futuro, a partir de este dinámico presente.
El cerebro de segundo nivel, que contiene, psíquicamente hablando, al "Ello", al inconsciente, es nada más y nada menos que una antena receptora de sucesos provenientes del futuro, los cuales se alojan dentro de cada uno de los estadíos inconscientes, partiendo del presente. Es una magistral manera de percibir el futuro (y rendirles honor a aquellos conceptos de premonición, percepción extra-sensorial, etc.), y cuanto más conscientes estemos de nuestros inconscientes, cuanto más practiquemos ingresar conscientemente dentro de nuestros propios sueños, -además de hacerlo dentro de nuestras propias percepciones extra-sensoriales o dentro de nuestros propios deja vú-, seremos partícipes de una gran experiencia; experiencia que algunos la denominan como "Sueños Vívidos", siendo este ejercicio mental, una manera más de indagar, o bien, de tener una "charla" con nuestro propio inconsciente, y por ende, poder percibir algo del futuro. Y en lo personal, los Sueños Vívidos, es algo que practico desde hace muchos años; luego de leer sobre ellos en una revista de divulgación científica; no siendo éste concepto, más que el ejercicio habitual de aprovechar el justo momento en que nos comenzamos a despertar en medio de un sueño, para que en ese preciso instante, podamos tomar las riendas de nuestra conciencia y sumergirnos en nuestro sueño creado desde lo profundo del "Ello", pero de una manera consciente, y tomando decisiones de la forma en que lo hacemos en la realidad, pero aquí, dentro de nuestra propia historia. Es similar a crear un avatar de nuestra consciencia, para introducirlo como un personaje más de la historia representada por el sueño generado en el inconsciente.
Pero, retornando a lo que denominé más arriba, como una antena receptora; es decir, en referencia a nuestro propio inconsciente, o "Ello cuántico"; puedo inferir que, al igual que nuestro "Yo cuántico", que es un claro emisor que funciona colocando pensamientos en un lugar y en un tiempo de nuestro propio futuro, de modo de que, -al igual que con el "Ello cuántico"-, nos valgamos, en este caso de manera consciente, para que el entrelazamiento de partículas subatómicas que estructuran nuestros pensamientos, hagan lo suyo a futuro (leer este artículo de esta misma web para comprender lo antedicho).
Entonces, quienes hayan sido agraciados con ser partícipes de aquellos conceptos; casi místicos diría yo, pero totalmente explicables por la ciencia, -aunque todo esto es desde mi punto de vista, uniendo humildemente lo que sé de Mecánica Cuántica y lo que sé de Psicología-, y que detallo en el título de esta publicación; han sido receptores de una especie de mensaje cuántico intertemporal e interespacial, enviado desde una existencia futura de nosotros mismos, a través de los respectivos inconscientes o "Ellos cuánticos". Y, ¿de que manera, y en que momento nos enteramos, o somos conscientes de tal o cual suceso negativo y reprimido, enviado desde el inconsciente del futuro hacia el inconsciente del actual presente por medio del inherente entrelazamiento, de la atemporalidad y de la aespacialidad de dicho estadío psicológico? La respuesta es, gracias a las pocas -pero muy eficaces- maneras que tiene la psiquis inconsciente, de acceder, o más bien, de comunicarse con la psiquis consciente, y que es mediante los sueños o bien, por ciertas percepciones de las que somos mínimamente conscientes en el estado de vigilia, como por ejemplo, cuando estamos observando a un niño jugar, y en cierto momento, intuimos un probable riesgo para él en el futuro inmediato, con lo que actuamos debidamente un instante antes, para luego comprobar que si no hubiéramos actuado con esa premura, el niño hubiera podido ser lastimado debido a un posible accidente. Imagínense que, si no hubiéramos reaccionado con prevención, el niño hubiera sufrido un accidente, y ese recuerdo habría quedado automáticamente guardado en nuestro inconsciente y reprimido debido al nivel emocional del mismo; ¡pero lo hicimos!, ¡lo impedimos!, y ¿porqué?, por lo mismo explicado más arriba, porque el "Ello cuántico" de ese futuro inmediato, fue capaz de reprimir un posible suceso con alto contenido emocional, e inmediátamente, -y gracias al entrelazamiento, a la atemporalidad y a la aespacialidad del inconsciente-, el "Ello cuántico" del presente, -previo al suceso-, fue receptor de ciertas posibilidades de riesgo para el niño, de parte del "Ello cuántico" del futuro inmediato.
No olvidemos lo siguiente, que para entender todo lo anterior, la clave se encuentra en la atemporalidad, la aespacialidad y el entrelazamiento cuántico de que es dueño el inconsciente o "Ello". El tiempo y el espacio allí no tienen cabida, son universales, son cósmicos, en el sentido de estar conectados con todo lo que nos rodea, rompiendo cualquier barrera espacio-temporal.
Es por todo esto que, más y más seguido, deberemos prestarle nuestra atención, tanto a los sueños, como a aquellas pequeñas percepciones que a veces uno dice, "pero... si hubiera...".
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