¿Quién decepciona a quien?
¿El sujeto que decepciona a otro sujeto, y que este cree ser receptor de esa decepción, y por lo tanto la acepta?
O, ¿Ese mismo sujeto, que cree que otro sujeto lo ha decepcionado, pero que éste último está convencido de no creer ser el emisor de esa decepción sobre el otro, aunque aquel se halle totalmente sugestionado de que éste, sí lo ha contrariado?
¿Quién decepciona a quien?
¿Algún día habrá mas personas “a mi vista” con las suficientes “agallas” como para aceptar y reconocer sus errores? Y de aquí surge una pregunta muy corta y sencilla, ¿de que manera?
En primer lugar, aceptándolos, ya que estarán dando un claro ejemplo de poseer en sí mismos un ser de pura grandeza y credibilidad.
En segundo lugar, se aproximarán cada vez mas hacia la tan ansiada sabiduría, con el simple ejercicio repetitivo de ir aprendiendo de esas faltas.
En tercer lugar, podrán corregir lo que estuvo mal, y no tendrán que dar explicaciones apócrifas a cada tercero que se muestre “asombrado” por esa decepción, y que éste tercero le pregunte algo así como… “¿pero… que paso con?…” “¿y por qué estas así?”, etcétera, etcétera; respondiendo por medio de un talante engañoso (por parte de quien se siente “decepcionado”) y a cada tercero que le pregunte. Y al cual (a ese “supuesto decepcionado”) le llegará el momento en que la olla le reventará frente a su propia “moral y ética”.
Y en último lugar, de modo de corregir el mal rumbo, podrá reparar los daños, respondiendo a las cuestiones que se le planteen (antes de que se generen dichas decepciones) sin evasivas ni demoras, y siendo justos, retributivos y equitativos a la hora de pensar en el elemental brío de ciertas personas, y no suponiendo que éstas últimas son de hierro y su decepción solo “viaja en una única dirección”.
¿Quién decepciona a quien entonces?
Pues, habría que replantearse varias veces esa pregunta ¿no?… ¿Quién decepciona a quien?... ¿Quién decepciona a quien?... posiblemente, la decepción dé mas de un salto, y retorne, por su propia naturaleza y concepción, al que se siente decepcionado… debido a su íntima génesis delusoria.
Nelson J. Ressio.
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